La potencia del peronismo en la trama de la literatura argentina

15 de enero, 2022 | 12.29

El peronismo es un tópico central para escritores y escritoras argentinos y Matías Molle, Paula Vázquez y Juan Diego Incardona analizan esa trama en la que se inscriben obras como "La fiesta del monstruo" o "Esa mujer" pero también advierten qué implica esa potencia del peronismo como maquinaria simbólica para generar siempre nuevos diálogos con la cultura y la política.

"Es cierto que el peronismo se ha convertido en tópico de la literatura argentina, el cruce literatura argentina y peronismo es eje de materias y seminarios en la universidad, se pueden armar programas con muchísimos textos tanto de narrativa, ensayo, poesía tanto de autores que escribieron desde el antiperonismo como desde el peronismo, en mi caso esas historias fueron asociadas tanto a la práctica de la política, a la militancia como también al partido de La Matanza que es donde ambiento mis historias. El peronismo es parte de la cultura matancera, no es solo una cultura política, es política y es cultura, en ese sentido fue inevitable que no apareciera el fútbol, la religiosidad popular, el mundo del trabajo o el rock, la cumbia, la música y el peronismo a nivel de la política y de la cultura", reflexiona Incardona.

¿Cómo dialoga su obra con el peronismo? "La aparición de una literatura que se empezó a ambientar en el conurbano trajo una visión distinta del peronismo ligado a las zonas suburbanas -señala-. En mi caso se dio de ese modo. Desde hace algunas décadas el peronismo es combustible inagotable para la literatura porque es una historia repleta de mitos, traiciones, leyendas, heroísmos, amor, odio".

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Para Vázquez, "la más potente literatura argentina siempre se relaciona con nuestra historia, aún cuando se aleje del realismo, sea por su impronta fantástica o por una apuesta híbrida en género y lenguaje" y cita a Marechal, al que define como "el más interesante escritor del primer peronismo" o "Los topos", de Félix Bruzzone, "una de las mejores novelas sobre la dictadura, o sobre una forma de la memoria, ya en ciclo kirchnerista".

Molle plantea que el cruce literatura peronismo "existe incluso antes de la aparición del peronismo" porque considera que "es el cruce que nace con nuestra literatura": "El binomio que presenta Sarmiento en el Facundo: civilización y barbarie. Al peronismo lo van a meter dentro de ese par, casi como si lo fundara. Obviamente, lo van a emplazar en el lado de los bárbaros, de los monstruos. 'La fiesta del monstruo' es un ejemplo, pero hay muchos más. 'Las puertas del cielo', de Cortázar, es otro. Es la lectura que hacen algunos escritores y escritoras en los primeros años del peronismo. Después va a venir otra lectura. 'Cabecita negra' de Rozenmacher es un gran cuento en ese sentido; 'Esa mujer', pero también 'Un oscuro día de justicia', de Walsh", apunta.

En ese sentido, Vázquez agrega que "esa literatura está estructurada sobre una cuestión central de nuestra constitución, que es la mirada sobre el otro: el 'bárbaro', el 'enemigo interior', el 'aluvión zoológico'. Y el peronismo, así como el antiperonismo, se definen en torno a esa cuestión".

"Quizás podemos ver esa pulsión en la literatura de Gabriela Cabezón Cámara, quizás la inclusión de ese 'otro' en la literatura actual vaya por por el lado de 'las otras', las mujeres irrumpiendo como sujeto político otro, aunque quizás un repaso más cercano a la visión más tradicional sobre la relación entre peronismo y literatura puede incluir a Juan Diego Incardona, a Cucurto sin dudas, pero también a Martín Rodríguez, su poemario por ejemplo 'Ministerio de Desarrollo Social', que muestra hasta las contradicciones entre cierto peronismo más ligado a la esencia católica tradicional y el peronismo más progresista, quizás más cercano a ciertas reivindicaciones o transformaciones sociales del kirchnerismo", reflexiona.

"Uno piensa en el peronismo y piensa en algo muy realista -advierte Incardona-, en las elecciones, las peleas, las alianzas, las victorias, pero también en las leyendas, los hitos, los símbolos, las fantasías, emociones y en tantas ideas sueños, anécdota que forman parte de esa historia que justamente en la literatura encaja muy bien a la hora de hilvanar narraciones o poemas o algunas producciones literarias como las crónicas o tantas historias".

De esa manera el autor de "El Campito" vuelve sobre "Operación Masacre" como "un libro importante de la unión literatura y peronismo" y recupera esa primera frase que dice que "hay un fusilado que vive": "Tiene una carga de literatura en sí misma en esa suerte de oxímoron que crea, eso podría ser consigna para un cuento en cualquier lugar del mundo y eso es parte de la realidad más que de una biblioteca. Eso da al peronismo también esa potencia que nuestra literatura ha sabido aprovechar".

Con información de Télam