La Academia de Hollywood tendrá este domingo la 93 entrega de sus Premios Oscar con el legendario Anthony Hopkins y el fallecido Chadwick Boseman como favoritos para llevarse la estatuilla a Mejor Actor, en una competencia junto a Riz Ahmed, Steven Yeun y Gary Oldman, todos ellos en papeles dramáticos.
En el inicio de la temporada de premios, Hopkins se impuso en los Bafta por su papel en El Padre, de Florian Zeller, mientras que en los Globo de Oro y en el de Sindicato de Actores (que suele marcar tendencia) hizo lo propio Boseman, gracias a su rol en La madre del blues, de George Wolfe. Sin embargo, las casas de apuestas le dan su segundo Oscar a Hopkins, tras su victoria en 1992 con El silencio de los inocentes, a lo cual siguió cinco nominaciones, incluyendo la de este año.
Anthony Hopkins
En el filme del francés Zeller, Hopkins interpreta a Anthony, un hombre que reclama su independencia mientras todo se vuelve borroso y las más mundanas actividades cotidianas se transforman en odiseas. La cinta, fue elogiada por su retrato de la demencia senil y por las interpretaciones de Olivia Colman y del propio Hopkins, quien se pasea con maestría por todos los estados que hacen al abanico de emociones de su personaje.
Chadwick Boseman
De ganar Boseman, quien se hizo famoso como Pantera Negra, se convertirá en el tercero en hacerse con la estatuilla de forma póstuma en una categoría actoral, uniéndose así a Peter Finch (Poder que mata, 1977) y Heath Ledger (El Guasón en Batman - El caballero de la noche, 2008).
Riz Ahmed
Ahmed, que llega a los Oscar con El sonido del metal (Darius Marder) tras papeles tan variados como el del villano de Venom o un rapero pakistaní en Mogul Mowli, supo llevar adelante una actuación que pasó más por la silenciosa expresión de su cuerpo que por grandes monólogos o diálogos, tal como lo pide la trama de la cinta. Se trata de una brillante interpretación que le valió sendas nominaciones en los Globos de Oro y los Bafta, con una cinta que viaja al interior de la desesperación y el intento de salvarse en la tormenta perfecta de la soledad, con una lejana luz que se prende y apaga al final del túnel.
Gary Oldman
Oldman, de 63, ya había conseguido su primera estatuilla cuando recreó a Winston Churchill en Las horas más oscuras. En Mank, de David Fincher, le da vida en la pantalla a Herman "Mank" Mankiewiecz, el atribulado guionista del clásico y revolucionario filme El ciudadano Kane, de Orson Wells. Alcohólico y mujeriego, Mank debió ser controlado con espíritu castrense durante los 60 días que tardó en escribir el libreto. Todo eso vive en la piel de Oldman, que supo sumergirse en la melancolía y depresión de un personaje que tuvo todo para ganar, pero que se dejó llevar por el estrepitoso descenso de las adicciones y el desenfreno de su pasión: la escritura.
Steven Yeun
Yeun, en tanto, llega a este papel en Minari luego de reconocidas actuaciones en las primeras temporadas de The Walking Dead y en el filme Okja, de Bon Joon Ho. Nacido en Seúl, eligió vivir en Estados Unidos para hacer una carrera cinematográfica que lo depositará este domingo en el Teatro Dolby de Los Ángeles. En la cinta de Lee Isaac Chung, Yeun representa a un padre de familia que en los 80 deja Corea para vivir en el campo de Estados Unidos, intentando reflotar el sueño americano. El actor nacido en Seúl en 1983 encarna los deseos, la frustración y el obligado desapego a la cultura familiar, pero sufriendo por esa lejanía al ver como su esposa añora los años en Corea del Sur. Una crisis de mediana edad en la que chocan los deseos personales, los familiares y ese futuro que todo adulto desea, pero que no sabe si finalmente se concretará.