"Nuestra literatura está en estado de expansión, porque todo el tiempo está metamorfoseando" afirma desde Chaco el escritor Guido Moussa, autor junto a Alfredo Germignani de la novela "Putin vencerá", un texto que presta especial atención a lo geopolítico.
A un año del conflicto entre Rusia y Ucrania, la novela breve que puede leerse como producto entre distópico e irreverente, paródico, incluso profético y sobre todo muy crítico y profusamente intertextual, es donde la realidad del mundo cierra filas con lo citadino y nacional.
¿Por qué tomar la figura del presidente ruso y no a Biden o Zelenski? "El mundo de Resistencia, Chaco, se combina con aquel mundo ruso y ucraniano porque de verdad, nadie en ninguna parte es ajeno a las consecuencias de aquello", dice Moussa y redobla la apuesta: "¿Por qué no hacerlo? Es más: toda la literatura seria especializada en relaciones internacionales aconseja dar más crédito del que se le da, a la Rusia de Putin en términos de un mundo de relaciones más equilibradas y sana". Recuerda, "el histórico discurso de hace 16 años de Vladímir Putin en la Conferencia de Seguridad de Múnich de 2007, separando la paja del trigo y lo circunstancial propio de todo discurso (como género narrativo) ni un ápice han cambiado las cosas".
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"Zelenski -continúa- no nos inspira nada de simpatía: un bufón del más rancio nacionalismo al que poco y nada le interesan las consecuencias de sus actos pero que pasa por simpático, heroico y divertido. La primera víctima en toda guerra es la verdad. Entonces: ¿por qué no Putin si en definitiva sólo queremos cada uno el triunfo de nuestra verdad y gas y energía barata y subsidiada en, por y para Europa en lugar de la carísima energía del Señor Biden?", argumenta.
"Por otro lado, desde el punto de vista estético elegirlo a Biden habría significado escribir una novela donde todo se viera muy parecido a uno de esos sketchs clásicos de Tandarica en el programa de Marcelo Tinelli en los 90. De hecho tendríamos que escribirla", propone Moussa.
¿Cómo es la experiencia de escribir a cuatro manos? "La amistad es el gran motor que nos impulsa, nos sostiene y estimula. Hace muchos años que escribimos a cuatro manos, por eso decimos que somos una banda de rock o una banda a secas, hay un ida y vuelta especial y hasta mágico que nos permite por un lado saber lo que estamos buscando cuando pensamos o imaginamos o componemos una novela o un artefacto literario. Tenemos la confianza para intervenir nuestros textos, engordarlos, destriparlos, desmembrarlos y volver a confeccionarlos como un Frankenstein", afirma.
"Lo hacemos con pasión futbolera, lo disfrutamos y lo amamos. No hay un escritor solitario detrás de nuestros libros, hay diversión y alegría de saber que estamos en el mundo por y desde la literatura. Todavía tenemos montones de libros inéditos, por eso creemos -también- que nuestro universo literario tropical está en expansión", explica Germignani.
"Punto Jonbar" es el nuevo proyecto de novela, donde los autores analizan el atentado que sufrió la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner el 1 de septiembre pasado.
Se trata de un ejercicio literario para una "literatura que está en estado de expansión, porque todo el tiempo está metamorfoseando".
¿Por qué promover textos que dialogan con la realidad con recursos que el periodismo no usaría como la farsa, parodia o el registro hiperbólico? "Para nosotros escribir es lúdico, es placer -incluso catarsis-, es libertad. El lenguaje es algo tan hermoso, amplio y tan profuso que ¿por qué no echar mano de todo lo nos ofrece? Las redes, por ejemplo. Los comentarios al pie en las noticias que lo permiten. Toneladas de tinta digital en chats".
Para Moussa esto significa "poder nadar en el océano del lenguaje en lugar de procurar pescar piezas bellas que disecar y exhibir en alguna pared", porque "nosotros estamos vivos", afirma.
¿La ficción funciona en este caso como un complemento de la verdad en el sentido borgiano de que "ficción y verdad no son opuestos que se excluyen"? "Para nosotros la ficción no ´funciona´, no es un ´dispositivo´ que usemos para lograr algo, sino que la ficción es la verdad que pretendemos poner en discusión. No para transformarla sino para impedir que nos atrape la ficción que llaman "realidad" y que se suele confundir con ´verdad´", dice Moussa. Y cita al célebre escritor estadounidense Philip K. Dick y su frase "Yo estoy vivo, ustedes están muertos", una oración donde "hay mucho para leer entrelíneas".
Si bien se trata de una narrativa geolocalizada y "espacio-temporalmente referenciada", explica, la mirada está en lo universal" y sostiene que "lo tropical no es chaqueño, ni norteño: es un modo de convivir animalesco y funambulesco. O puede ser otra cosa si el caso lo precisa, por eso lo tropical es fluido y caliente, aún cuando pueda ocurrir en ambientes climáticamente gélidos. Todo es tropical, todo es peronista o anti tropical y antiperonista, acá y en cualquier lugar del mundo", argumenta.
Para los autores, el término de lo tropical se relaciona con el tropicalismo brasileño que "fue no sólo un movimiento cultural rupturista sino también y muy especialmente político", o sea, "muy en diálogo con su tiempo", que "aún hoy suena actual porque es un universal su materia", dice Moussa.
Con información de Télam