El artista Cattelan es demandado por un colaborador: de quién son los derechos cuando hay encargos

30 de mayo, 2022 | 13.44

Una demanda legal impulsada por el escultor francés Daniel Druet al italiano Maurizio Cattelan por nueve obras que realizó por encargo entre 1999 y 2006, y que reclama como propias, abrió una batalla legal que tendrá su resolución en los tribunales en julio próximo con repercusiones para el sistema del arte, ya que el caso reabre una nueva instancia de debate en torno a quién puede atribuirse la autoría de una obra cuando fue conceptualizada por un artista pero ejecutada por otro.

Cattelan (Padua, 1960) es un artista italiano de esos a los que le gusta polemizar, estar en boca de todos con obras inesperadas, como la pieza de la banana que pegó con cinta adhesiva en una pared y vendió por 120 mil dólares, a la que tituló ni más ni menos que "Comediante". En su registro son famosas, también, las esculturas del papa Juan Pablo II aplastado por un meteorito o la obra en la que instaló un inodoro real de oro macizo -de 18 kilates- en uno de los baños del Museo Guggenheim de Nueva York, al que bautizó "América". Su nombre figura entre los más cotizados del arte contemporáneo.

Durante mucho tiempo fue Daniel Druet, también escultor profesional, el que hizo las estatuas de cera de las creaciones de Cattelan, y quien ahora demanda por daños y perjuicios y exige la autoría de nueve de esas piezas. Según el escultor francés, Cattelan encargó las esculturas originalmente para instalaciones pero luego las vendió por millones de euros. El caso ya está en los tribunales y espera una resolución para el próximo 8 de julio: ¿Quién hace el arte: quien lo conceptualiza o quien lo ejecuta? ¿Cómo se dirimen esas imprecisiones del quehacer artístico?

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Druet formó parte del desarrollo de dos obras muy importantes en la producción, la fama y la fortuna de Cattelan: "La Nona Ora" -la obra que muestra al Papa Juan Pablo II aplastado por un meteorito y se vendió por tres millones de dólares-, y "Him", un hiperreal Hitler arrodillado y rezando que alcanzó la cifra de 17 millones de dólares. La idea fue de Cattelan, la ejecución de Druet: la firma quedó en reserva del italiano.

En declaraciones al medio Le Monde, Druet, que además de la demanda legal ha llevado el tema a la prensa internacional, contó que los encargos de Cattelan no eran claros. "Todo era bastante vago y dependía de mí resolverlo", definió el escultor francés, quien realizó para el italiano obras hiperrealistas de ceras e incluso varias veces modeló al propio Cattelan, como un topo que levanta la cabeza del suelo o colgando de un perchero.

El demandante, por unos 4,5 millones de euros, acusó a la antigua galería de Cattelan, Perrotin, y al Museo La Monnaie de Paris, de ignorar sus solicitudes de acreditarlo como el escultor de nueve obras que realizó para el artista italiano entre 1999 y 2006. "He dado una patada en el hormiguero", decía esta semana Druet como metáfora de batacazo que espera dar al sistema del arte y a los artistas conceptuales que se atribuyen toda la autoría cuando una parte del trabajo la hacen otros artistas, también talentosos y creativos.

Por su parte, Emmanuel Perrotin, galerista de Cattelan desde hace casi tres décadas, dijo a Le Monde que "si Druet gana, todos los artistas serán denunciados y será el fin del arte conceptual en Francia". En 2019, a propósito del interés que cosechó la exhibición de "Comediante" en Art Basel Miami Beach 2019, el galerista había bromeado, como Cattelan hace con sus obras, que "la gente piensa que estamos locos o somos estúpidos".

Lo cierto es que en la audiencia del pasado 13 de mayo, en el Tribunal de París, estuvieron enfrentados Emanuelle Perrotin y Daniel Druet, por una demanda de cifras millonarias. La defensa del demandante, a cargo del abogado Jean-Baptiste Bourgeois, admitió que la idea conceptual de las obras fue de Cattelan pero alegó que "hace falta alguien para realizar una idea(...) Y este alguien está aquí sentado: el señor Druet".

El abogado explicó que su cliente fue elegido por Cattelan porque tenía el "talento" para el desarrollo de esas esculturas. Pero también otro talento más: responder a encargos imprecisos. "¿Alguna vez el señor Cattelan insufló el espíritu en la materia? ¡Jamás! ¿Por qué? Porque no sabría hacerlo", dijo el abogado, citando al humorista Raymond Devos, quien afirmaba que Druet "insuflaba el espíritu en la materia".

Los medios internacionales que están siguiendo el juicio sostienen que la clave está en identificar la precisión en las instrucciones que Cattelan enviaba a Druet para realizar las figuras que le pedía. Si los jueces encuentran instrucciones claras y concisas no quedaría duda de la autoría intelectual del italiano y el rol de ejecutor del francés. Pero si las indicaciones son dudosas o "vagas", a decir de Druet, hay margen para incorporar al francés como creador de la piezas.

"Si el señor Druet no existiese, el señor Cattelan seguiría existiendo", contrarrestó el abogado de Perrotin en la audiencia, al tiempo que señaló que las instrucciones del italiano eran muy contundentes y explicó que el reconocimiento a Cattelan no es sólo por sus esculturas sino por sus instalaciones.

Desde el círculo de Cattelan recuerdan que los maestros del Renacimiento también trabajaban por encargos y sin embargo, firmaban ellos. Mientras que desde el entorno legal de Druet aseguran que sin el Papa o el Hitler que realizó para Cattelan, el italiano no habría podido vender, como hizo en 2019, por 120.000 dólares una banana pegada en una pared.

Será cuestión de esperar hasta el próximo 8 de julio para ver qué decisión toma el tribunal parisino. Un fallo así puede tener implicancias significativas en el sistema del arte y en la forma en que se conciben la autoría de una obra, el trabajo conceptual y la ejecución artesanal. Entonces ¿Quién hace el arte?

Con información de Télam