Costamagna: "Las editoriales autogestionadas abrieron el campo cultural de una forma inesperada"

17 de mayo, 2022 | 17.16

Los efectos de la pandemia en el proceso creativo de escritura, las batallas pendientes que aún tiene el feminismo en el mundo de las artes y el escenario literario de América Latina como terreno fértil para el florecer de nuevos géneros y formatos son algunos de los temas sobre los que la escritora chilena Alejandra Costamagna reflexionó en esta charla con Télam.

-T:¿Cómo pensás hoy las relaciones afectivas en el escenario post-pandemia y cómo estos vínculos te dan material para escribir?

-AC: Pasa algo extraño. Uno piensa en el estereotipo del escritor sentado en un rincón, solo, durante horas. Sí es necesaria cierta soledad, pero con la ventana abierta. Y lo que pasó en la pandemia es que esa ventana no estaba abierta, no tuvimos contacto con el afuera. Ese contacto con el afuera es súper importante para escribir. Ahora estamos en un afuera mediado: por la mascarilla, por el temor, por la desconfianza. Es difícil pensar cómo cambiarán las cosas. Escribir es escuchar, escarbar y mirar mucho. Y esas son cosas que no pudimos hacer durante la pandemia. Más allá de que después eso entre o no entre directamente en la escritura, es lo que te va nutriendo.

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-T: ¿Cuál es tu mirada sobre el feminismo hoy y cuáles son los desafíos pendientes?

-AC: Mientras más avances hay en esta materia, también hay un gran repliegue porque hay una reacción. Aparecen movimientos reaccionarios y conservadores recalcitrantes por contraste. Pero por otra parte tengo mucha esperanza, por ejemplo por lo que pasa en Chile. Un gobierno que se declara abiertamente feminista, así como ecologista y plurinacional, tres ejes súper importantes. Eso es una validación porque no es sólo la palabra, sino la ejecución. Son cuestiones simbólicas que finalmente tienen un efecto en crear consciencia y en romper ciertas naturalizaciones. Boric asumió con una decana mujer, la jefa de protocolo fue mujer y rapanui. Son señales significativas para romper un estado de cosas. No es la paridad como techo, sino como base.

-T: ¿Cómo ves la situación de la industria literaria de cuentos en autores chilenos y en autores latinoamericanos?

-AC: Hace más de diez años ya ha habido este florecer de las editoriales autogestionadas, eso se ha convertido cada vez más en una constante y ha abierto el campo cultural de una forma bien inesperada. Eso va de la mano de una apertura de los géneros, de romper fronteras que antes eran muy estrictas. Está la posibilidad de que la novela se vea interceptada por la crónica, por las artes visuales, incluso por lo "acuentado". De pronto pensar en una novela fragmentada, una novela desdibujada. Hay unas zonas impuras que a mí me parecen muy fértiles, y ahí las editoriales autogestionadas dan una posibilidad de arriesgarse con géneros más híbridos y una apuesta menos segura. Eso nos ha dado acceso a textos, autores, autoras, ha permitido que la circulación sea mucho más democrática. Ya no hay que esperar a que los libros de Chile lleguen a España para que luego lleguen a Argentina. Sigue pasando con algunos sellos, pero creo que ahí las editoriales independientes han hecho un trabajo formidable.

Con información de Télam