"Si yo fuera puta", una camino de deconstrucción puertas adentro de la escena trans

09 de agosto, 2022 | 19.16

Más allá de abrir la escena del trabajo sexual travesti del Brasil a audiencias lectoras LGBT+ ampliada y cis, el libro "Si yo fuera puta" propone una mirada deconstructiva puertas adentro de la comunidad trans: desde el uso del "bajubá" o "pajubá", argot trans usado para protegerse de la violencia institucional, hasta reflexiones sobre la gordofobia en la perspectiva de los cuerpos disidentes.

En la publicación de Mandacaru, sello feminista y autogestivo de académicas y activistas de Brasil y Argentina, Amara Moira recupera palabras del “bajubá”, variedad lingüística clandestina utilizada por la comunidad trans en Brasil -que significa secreto en yoruba-nagó-, surgida en los 60 para alertarse, defenderse y comunicarse, un argot que en Argentina podría medirse con el “carrilche” por sus funciones.

Si bien la idea inicial de sus traductoras -Lucía Tennina, Penélope Serafina Chávez Bruera y la propia Moira- era trasladar aquellas palabras a sus analogías "carrilches", la decisión de la comunidad trans porteña de conservar la clausura y no popularizarlas las llevó a conservar los términos en "bajubá" -el fin fue causar el mismo extrañamiento que provocan en portugués al lector ajeno a ese argot-, y sumar un glosario explicando el significado de cada uno de ellos.

Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.

SUSCRIBITE A EL DESTAPE

-Télam: ¿Popularizar aunque sea unas pocas palabras de ese dialecto, generó alguna resistencia hacia adentro de la comunidad LGTB?

-Amara Moira: El 'pajubá' es un argot oral que se transforma muy fácilmente. Las palabras que uso acá son muy conocidas, las encontrás en Google. En este momento la sociedad brasileña se abre para un diálogo más profundo y más verdadero con la comunidad travesti. En los últimos cinco años cambiaron las cosas, por ejemplo con travestis y personas trans en cargos políticos importantes. Si conseguimos transformar mínimamente la percepción de la sociedad y si se transforma la manera como nos tratan es posible utilizar el 'pajubá' no más apenas como una lengua de 'seguranza' sino como manera de pensar la propia la cultura y de producir cultura. Hay un deseo muy grande de la sociedad trans de estudiarlo, por ejemplo, en la universidad. Es una variación lingüística muy viva, ya se usó en varias obras y, si las travestis quieren hablar sin que las entiendas, van a hablar sin que entiendas.

-T: La idea de que la trabajadora sexual travesti vale menos parece una perspectiva esencialmente patriarcal. Llama la atención cómo una vez iniciada la transición la escena del trabajo sexual se vuelve cada vez más machista, no se narran mujeres que entren a ese circuito contratando servicios, por ejemplo.

-A.M: Está empezando a crecer el número de mujeres que contratan trabajos sexuales, pero a las travestis no les gusta atender mujeres, es algo muy complicado. Como la travesti tiene su género deslegitimado intenta de alguna manera compensar eso haciéndose muy heterosexual. No es algo simple en la comunidad trans de Brasil decirse travesti y no heterosexual. Yo soy bisexual y fui muchas veces deslegitimada por relacionarme con mujeres. Solamente ahora estamos consiguiendo hacer posible que las personas trans puedan reivindicarse bisexuales, lesbianas y con otras orientaciones sexuales.

-T: ¿El género fluido no entra en la idiosincrasia inicial trans, entonces?

-A,M: Tenías que sentir atracción solamente por un varón para ser una travesti y no cualquier varón, por hombres que son la definición de virilidad patriarcal, machos, que por definición son aquellos que más nos violentan.

-T: El blog que da origen al libro fue cuestionado por gordofóbico, pero eso no traspasó a estas páginas: la escritora describe cuerpos diversos, no los juzga ni degrada.

-A.M: Reescribí mucho los textos cuestionados, en el blog no eran respetuosos de ciertos cuerpos disidentes. Yo cambié y cambié pensando en eso, encontrar maneras de hablar sobre cuerpos sin ridiculizarlos por estar fuera del patrón hegemónico de belleza. Me gustaría incluso ayudar a transformar esos cuerpos en cuerpos bonitos, potentes, no avergonzados, llevar a la práctica eso que dice Virgine Despentes en la teoría King Kong. No es un problema ser una persona fea, hay personas feas y personas bonitas, personas pobres y personas ricas, el problema es cuando te dicen que no deberías existir porque sos fea. Soy una proletaria del género.

Con información de Télam

LA FERIA DE EL DESTAPE ►