Saldaña París: "Me gusta el carácter medio anónimo de la edición y la traducción"

21 de octubre, 2022 | 17.03

La edición y la traducción son dos oficios en los que se apoya Daniel Saldaña París (Ciudad de México, 1984) a la hora de sostener su vínculo con la escritura y los valora porque le permiten dar un paso atrás para "dejar que hable esa voz y tratar de que mantenga toda su potencia", dice.

Traductor al español junto a Valeria Luiselli, de "Desierto sonoro", la novela que la autora, también mexicana, escribió primero en inglés, el ganador del Premio de Literatura Eccles Centre & Hay Festival, dialogó sobre estos dos oficios que desarrolla en paralelo a la escritura.

-T: Fuiste traductor de "Desierto sonoro", ¿cómo fue ese trabajo en conjunto con la autora?

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-D.S.P: Es una escritora de mi generación, la he leído desde que empezó a publicar. Haber traducido "Desierto sonoro" es la forma más cercana de lectura, lo lees una y otra vez con lupa. "Desierto sonoro" fue además una guía porque a medida que iba leyendo me propuse leer todos los libros a los que hacía referencia y eso terminó configurando un universo mas allá de "Desierto sonoro", que obviamente cambió mi forma de leer y de escribir. Además de ser una actividad solitaria siempre hay algo colectivo que me hace estar en diálogo con autores y autoras de mi generación, por ejemplo, "Diario pinchado", de Mercedes Halfon, tiene algo que resuena mucho en mí, sobre el que vuelvo y con el que me siento muy identificado.

-T: Traducción y edición son tareas que van en paralelo a la escritura. ¿Cómo las fuiste asumiendo?

-D.S.P: La edición fue un poco mi escuela, empecé a a los 19 años cuanto entré a trabajar en Letras Libres y siempre trabajé en editoriales, es mi forma de empezar a trabajar los textos. Aprendí a verme con cierta distancia y a ver con distancia mis propios textos. Soy un traductor muy lento y no traduje muchos libros: el de Valeria Luiselli, una colección de crónicas sobre América Latina de Jon Lee Anderson y ahora va a a salir en México y Argentina "Monkey Boys", de Francisco Goldman, que es una novela bellísima que quedó finalista del Pulitzer. Estos libros son de Estados Unidos pero en relación con México o con América Latina: Valeria es mexicana, Anderson es americano pero escribe sobre un territorio que conoce perfectamente, Goldman es un autor guatemalteco que habla de esa identidad partida que se siente muy cercano a la identidad latinoamericana. Los siento a los tres muy cercanos a mis intereses. Me gusta mantenerme en el universo de lecturas que frecuento.

-T: ¿Qué diferencias advertís en el trabajo con un autor o autora editándolo o estando a cargo de la traducción?

-D.S.P: Es muy distinto pero en los dos casos me interesa mucho el paso atrás que hay que dar, dejar que hable esa voz y tratar de que esa voz mantenga toda su potencia. Me gusta el carácter medio anónimo que tienen las dos tareas, aunque el traductor es también un autor y es importantísimo que se le de reconocimiento y crédito en portada, pero hay un gesto de humildad en poner la prosa y el oficio al servicio de una serie de ideas y de una voz que no es la propia y eso es algo que me gusta. Me sirve mucho también, no lo dejaría de hacer nunca. Aunque sea un oficio mal pagado medio tortuoso por momentos me sirve para afrontar la escritura de otro modo. Me da también mucha tranquilidad, sobre todo la traducción. Si no escribo me da mucha ansiedad pero si traduzco estoy muy tranquilo porque es casi como si hubiera escrito, llené muchas páginas encontré soluciones verbales y no tuve que ponerme tan en juego con mi historia personal y mis emociones. Ese es el efecto placebo de la traducción. La edición la hice por necesidad, es el camino profesional que elegí mal que bien y la disfruto mucho, sobre todo la de poesía que es lo que más he editado. Me sirve mucho sentirme vinculado con la poesía que escriben ahora, incluso más que con narrativa, busco estar al tanto de lo que se escribe en poesía. Ahí hay un pulso del aire de la época y una forma de empujar el lenguaje hacia sus limites.

-T: ¿Cómo te reconocés como autor en el trabajo con el editor?

-D.S.P: La experiencia de haber editado libros y revistas me hace más consciente del carácter colectivo de la producción, me dejo editar y soy muy abierto a cualquier tipo de feedback, retroalimentación y corrección que me propongan. He tenido la buena suerte de tener editores y editoras muy acuciosos, cuidadosos en la forma de enunciar lo que proponen.

Con información de Télam