La historia real de La excavación, la nueva película de Netflix que es un éxito

La película protagonizada por Carey Mulligan y Ralph Fiennes se adentra en la relación que mantuvieron la terrateniente Edith Pretty y el arqueólogo Basil Brown.

02 de febrero, 2021 | 17.33

En 1938, plena antesala para la Segunda Guerra Mundial, hubo un insólito descubrimiento en suelo británico que se conoce como uno de los hallazgos arqueológicos más importantes del siglo XX en el Reino Unido. "La excavación", película de Simon Stone estrenada en Netflix y protagonizada por Carey Mulligan y Ralph Fiennes, narra la relación que mantuvieron la terrateniente Edith Pretty y el arqueólogo Basil Brown, quienes estuvieron detrás de la excavación. ¿Cuánto hubo de real y cuánto no en la película que se convirtió rápidamente en tendencia? 

"La excavación" está basada en la novela de 2007 escrita por John Preston y se adentra en la historia de dos personajes unidos por la célebre excavación de Sutton Hoo. Pero, ¿quiénes fueron Edith Pretty y Basil Brown fuera de la ficción? Si bien nació como Edith Dempster en 1883, la terrateniente decidió adoptar el apellido de su esposo, Frank Pretty, luego de aceptar su decimoquinta proposición de matrimonia (secuencia que se ve en el filme). Ambos compraron en 1926 la propiedad de Sutton Hoo, ubicada cerca de la ciudad de Sutton en el sureste de Inglaterra, y al poco tiempo nació su un hijo, Robert. La muerte de su esposo unos años después, en 1934, motivó a Edith para decidirse y excavar en sus terrenos para descubrir los tesoros que escondían bajo tierra.

Por otra parte, Basil Brown era reconocido por ser un apasionado autodidacta que, aunque dejó la escuela a los 12 años para trabajar en agricultura, persiguió sus sueños e inquietudes intelectuales que lo llevaron a interesarse en la astronomía y la arqueología, motivo por el cual se relacionó con el museo local para luego ser escogido como colega de Pretty en la excavación. Tal como muestra en la película, Brown jamás esperaba la contribución a la historia británica que haría su descubrimiento.

La primera excavación tuvo lugar en el verano de 1938, con cierto escepticismo por parte de Brown que se confirmó tras encontrar tan solo unos pocos objetos y restos humanos. Sin embargo, el verdadero tesoro saldría a la luz en 1939, cuando el arqueólogo retomó la excavación junto a Pretty y encontraron un bulto mucho más grande: era la huella de un barco, de más de 24 metros de longitud, y que contenía un inmenso cargamento de ajuares funerarios de cientos de años de antigüedad. Y estaban intactos.

Luego de este importante descubrimiento, tres arqueólogos profesionales aparecieron en escena, Charles Phillips (en la película, Ken Stott), Peggy Piggott (Lily James) y su marido Stuart Piggott (Ben Chaplin). Con más ayudantes, la película manifiesta que Brown no se mostró para nada contento con los cruces que mantuvo con Phillips. La verdad es que la cinta y el director optaron por exacerbar esta faceta cuando hay documentación de la National Geographic que indica que la relación entre ambos fue "respetuosa".

A pesar de que los 263 objetos que se encontraron en Sutton Hoo marcaron un precedente histórico en la arqueología de todo el mundo, la película se toma varias licencias poéticas a la hora de crear personajes secundarios que ayuden a lograr un drama más aceitado. Por ejemplo, el personaje de Rory Lomax (interpretado por Johnny Flynn) es ficticio. En el contexto de la historia, se trata del sobrino de Edith Pretty, y no juega un papel en las excavaciones.

Una de las preguntas que se hicieron muchos al término de "La excavación" tiene que ver con el romance que se sugiere entre Brown y Pretty. Aunque sostenido por brillantes actuaciones de Mulligan y Fiennes, en la vida real se sabe que únicamente tuvieron una relación "platónica" y se desconoce cualquier tipo de roces románticos entre los dos.

 

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