Uno de los momentos más aterradores de la clásica "Alien, el octavo pasajero" (1979) y una de las escenas más icónicas de la historia del cine de terror la protagonizó el fallecido John Hurt: el famoso "chestburster", con ese bebé Xenomorfo emrgiendo con violencia del torso agitado del desafortunado tripulante de la Nostromo. Ridley Scott, quien dirigió esta joya cinematográfica, se ganó el respeto de sus colegas y de los actores con semejante secuencia de vanguardia. ¿Cuáles fueron los secretos detrás del momento más sangriento de la película?
Para empezar, Scott construyó la escena codo a codo con su equipo de efectos, sin avisarle a los miembros del elenco en qué consistiría. ¿Por qué tomó esta decisión? Para lograr reacciones de disgusto y conmoción reales por parte del elenco el día en el que se filmó, en una sola toma. No solo funciono, sino que acaparó la atención del visionario director Stanley Kubrick, quien tras ver la película lo llamó para preguntarle cómo había logrado ese efecto. "Dijo: 'Lo he revisado lentamente, no puedo ver el corte'", confrimó Ridley Scott, años atrás en una entrevista.
Para lograr la escena, Scott creó una plataforma de rodaje en la que Hurt estaba de rodillas, con la cabeza asomando en un agujero en la mesa del comedor de la nave Nostromo, con un cuerpo falso apoyado en su cuello. Kubrick ("El Resplandor", "2001: Odisea en el espacio") solamente atinó a decir: "Está bien, lo tengo. Lo entendí, funcionó".
No solo Kubrick quedó impactado con la escena; el elenco de la primera Alien no salía de su asombro y lograron la reacción espontánea que Ridley Scott buscaba, y por la que les ocultó la naturaleza del clímax de la escena. “Mantuve a la pequeña criatura real, cualquiera que fuera, de los actores. Nunca quise que lo vieran", explicó el director, años después, a la prensa estadounidense.
"Las prótesis en esos días no eran tan buenas. Pensé que lo mejor que podía hacer era comprar cosas en una carnicería y una pescadería. La mañana los hicimos examinar el Facehugger; eso fue almejas, ostras, mariscos. Tenías que estar listo para disparar porque empezó a oler bastante rápido. No se pueden hacer cosas mejores que eso, es orgánico", declaró a Empire (a través de The Guardian).
Sigourney Weaver, heroína y protagonista de la saga, reconoció que cuando entró por primera vez al set para filmar la sangrienta escena, hubo una creciente sensación de tensión. “Todos vestían impermeables, deberíamos haber sospechado un poco. Y, oh Dios, el olor. Fue simplemente horrible", confesó, en declaraciones recogidas de sitios especializados.
Desde entonces, la película de Ridley Scott de 1979 dio lugar a tres secuelas protagonizadas por Sigpurney Weaver y dos precuelas más recientes, que no lograron el impacto taquillero que se esperaba.