Las artistas argentinas Margarita Bali y Claudia Aranovich reeditan la megainstalación "Marea Alta + Zona Hadal" en la porteña Fundación Cazadores que, a 10 años de su primera e impactante presentación, podrá visitarse hasta el 26 de septiembre con entrada gratuita en el espacio de Villarroel 1438, Ciudad de Buenos Aires.
Esta obra de grandes dimensiones conjuga el lenguaje coreográfico de Bali y el escultórico de Aranovich, con una composición musical del artista multimedial Gabriel Gendin, y podrá recorrerse en la Sala Imán de la fundación, de miércoles a sábados, de 16 a 20, según informaron los organizadores.
Tanto las artistas como esta pieza -que regresa a una década de su impactante estreno en el Festival Noviembre Electrónico celebrado en 2013 en el porteño Centro Cultural San Martín- "buscan desafiar y explorar los límites de las disciplinas artísticas, sus formatos y dispositivos.", destacó Viviana Romay, directora general de Cazadores.
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"Marea Alta" se compone de grandes objetos marinos en un enorme espacio oscuro con zonas de arena, sobre los que se proyectan imágenes de figuras humanas en movimiento, dentro del agua, fusionadas con imágenes de especies del mar.
En esta versión se suma "Zona Hadal" con nuevas proyecciones, un concepto que hace referencia al dios griego del inframundo, Hades, que en francés significa lugar de la muerte y representa la zona de aguas profundas del océano a más de 6.000 metros de profundidad, donde habitan especies que viven y habitan un tiempo que parece detenido: moluscos, crustáceos, peces abisales, especies resilientes con luminiscencia propia, gigantismo y larguísimos años de gestación.
"La instalación plantea la idea de la evolución humana dentro de la vida natural del planeta, la vida orgánica que se destruye paulatinamente y los paraísos que perdemos irremediablemente, y a su vez y pese a todo, la resiliencia de la naturaleza", explican los organizadores.
Las y los espectadores podrán transitar todas esas escenas, enmarcadas cada una por las distintas proyecciones, mientras el sonido de Gendín acompaña y potencia una atmósfera oceánica envolvente.
Música, danza, escultura, escenografía, video y animación se entremezclan con el fin de formular una experiencia basada en la inmersión, la sinestesia, las travesías múltiples, la alegoría y la colaboración creativa", dice el texto curatorial de Rodrigo Alonso.
"Los personajes traídos por la marea aportan a su vez misterio y fascinación. Todos los elementos confluyen en una obra abierta que reclama curiosidad y participación, completa.
Además, se exhiben obras y producciones independientes de las dos autoras. La coreógrafa y videasta Bali presenta "Mujer oceánica", un torso sobre el que proyecta algas, corales y medusas; y la escultora Aranovich exhibe semiesferas con lupas incorporadas que vislumbran abismos oceánicos y bosques artificiales.
Con información de Télam