El Nobel de Literatura sudafricano John Maxwell Coetzee se transformó en el primer escritor de habla inglesa en dejar su legado en la Caja de Letras del Instituto Cervantes de Madrid, un hecho inédito en esa organización cuyos objetivos principales son la promoción y enseñanza de la lengua española.
Se trata del primer legado que guarda el Cervantes de un autor vivo cuya lengua materna no es el español y no casualmente ha sido el de Coetzee (Ciudad del Cabo, 1940), quien escribe en inglés pero hace traducir sus textos y pone la versión en castellano como la lengua madre de sus escritos. Desde fines de junio hace además una residencia en el Museo del Prado, "Escribir el Prado", que busca entrelazar la belleza de la lengua con la de las colecciones de la pinacoteca nacional española.
Así es que en la caja 915 del Cervantes guardó el discurso que ofreció Coetzee en la pinacoteca nacional española: un manuscrito que se abrirá tras su muerte, informaron los diarios españoles.
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El escritor manifestó estar "encantado" de "asociar" su nombre al de "Miguel de Cervantes, padre y madre de todos los novelistas", durante un homenaje en el que estuvo acompañado por el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, y el presidente del Prado, Javier Solana.
"Cuando el museo del Prado me invitó a pasar un mes a Madrid, no me imaginé que terminaría mi visita en la cámara acorazada de un banco, rodeado de los recuerdos de grandes escritores de la tradición española", bromeó Coetzee durante el acto.
"Mi presencia aquí es un accidente, no pertenezco, excepto en un cierto sentido espiritual, a la tradición española y no escribo en castellano, pero la dirección de Instituto Cervantes se ha ofrecido generosamente a guardar un recuerdo mío y estoy encantado de aceptar la oferta", compartió el autor de "Desgracia" .
Acto seguido, depositó su legado en la caja 915 y dio las pistas de su contenido: "un manuscrito del diálogo entre María Dimópulos, (su traductora) y yo, que podrá abrirse el día de mi muerte".
García Montero remarcó lo inédito de que la cámara acorazada del Cervantes contenga desde ahora "el legado de un escritor cuya lengua materna no es una de las lenguas de España, hay depósitos en español, gallego, catalán, euskera, asturiano o portugués, pero es la primera vez que recibimos un legado que no es de una de las lenguas de nuestra cultura".
Asimismo, subrayó que el propio Coetzee considera al inglés un "idioma imperialista global" y que la decisión del Cervantes responde a una coincidencia con la "conciencia crítica" del Nobel respecto de "la idea de un sur global" y a que sea "el hemisferio norte quien decida qué debe leerse en el mundo".
Eso llevó al Nobel sudafricano a utilizar un inglés desenraizado, no adscrito a ningún territorio lingüístico y a partir de la publicación de "Siete Cuentos Morales" en 2018 a considerar sus propias traducciones al español como los originales de su obra.
El autor dos veces ganador del Booker Prize fue más allá con la publicación de "La muerte de Jesús", en 2019, -novela que cierra la trilogía iniciada con "La infancia de Jesús" (2013) y "Los días de Jesús en la escuela" (2016)', al ajustar su texto, en inglés, a los requerimientos de la versión en español declarándolo su manuscrito original.
La pregunta que abre esta decisión del Cervantes, indicó García Montero, es "cuál debe ser la relación con nuestro propio idioma", una lengua que forma "una comunidad de 500 millones de hablantes nativos" y que, desde la entidad que representa, busca "evitar cualquier tipo de dominio, imperialismo o soberbia".
Con información de Télam