"Dibujos urgentes", un libro que retoma el trabajo de ilustradoras en los juicios de lesa humanidad

21 de mayo, 2023 | 15.25

El trabajo de Paula Doberti y Eugenia Bekeris, que puede encontrarse en https://dibujosurgentes.weebly.com, también está disponible en formato libro en una edición a cargo del sello Mónadanomada que reúne un centenar de dibujos-testimonios, acompañados por textos de referentes en derechos humanos como Gabriela Sosti, Ana María Careaga, Fabiana Rousseaux, María Rosa Gómez, Graciela Daleo y Carlos Rozanski.

"Dibujos Urgentes. Testimoniar en juicios de lesa humanidad" es una iniciativa de los responsables del sello, Julieta Colomer y Hernán Cardinale, y fue recientemente declarado de interés para la comunicación social y los derechos humanos por la Legislatura porteña.

"Es un aval importante porque todavía hay historias de sobrevivientes y familiares de las y los desaparecidos que no se conocen públicamente y esto permite darle mayor difusión. Desde su publicación en 2020 estamos intentando que el libro llegue a las escuelas medias porque creemos que es fundamental que las jóvenes generaciones se adentren en la historia reciente del país, y que sea a través de dibujos nos parece clave", destaca Colomer en diálogo con Télam.

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¿Cómo surgió la idea de transformar estas obras en libro? La editora y periodista cuenta que tanto ella como su compañero y socio en la editorial Hernán Cardinale conocían a las dos ilustradoras porque se habían cruzado en las audiencias de los juicios. "Además, ya sabíamos de su práctica porque yo integraba HIJOS cuando en 2010 se convocó a dibujar ante la prohibición de fotografiar y filmar los juicios de lesa humanidad", repasa.

Emprendieron así un trabajo de edición con reuniones periódicas cada 15 días durante un año y en esos encuentros las imágenes ordenaban la charla. "Acordamos desde el comienzo apartarnos de la idea de un libro de dibujos. Bajo ninguna perspectiva lo pensamos como un libro de arte o de artista o de ilustración del hecho judicial mismo. Desde siempre supimos que el ordenador era pensar los dibujos como un hecho testimonial, comprometido con visibilizar los juicios de lesa humanidad", aclara.

Sobre el momento de seleccionar qué dibujos integrarían la publicación argumenta: "Este libro no alcanzó a reunir todos los dibujos de las autoras, ninguno merecía quedar afuera y no fue fácil elegir. Nos consuela que en cierto modo también la memoria funciona así. Es selectiva, asociativa y temperamental; no podemos recordar todo y el olvido no es una opción, pues no se elige olvidar".

De esta manera definieron "priorizar los testimonios de los testigos, Sobrevivientes, familiares...  por sobre los retratos de los genocidas imputados, que poco y nada aportaban desde la negación misma al hecho judicial".  

"Otra definición clave fue no ordenar los dibujos por juicio. La intención fue no de catalogar o inventariar los testimonios ordenándolos por causa, sino, por el contrario, fortalecer la construcción de una prosa que se continuara entre testimonio y testimonio ya sea por asimilación o contrapunto, siempre con la intención de fortalecer el valor testimonial. Todos juntos, decíamos, conforman un "caosmos" desordenado que en la lectura conformarán un nuevo y revelador orden en quién abra el libro", asevera.

¿Cómo dialoga o enriquece este trabajo de ilustración el registro judicial y periodístico?

"La justicia se espeja y se modifica con cada discurso que fortalece nuevos posicionamientos respecto a su actuar. Desde el juicio a las juntas a los actuales juicios, su practica fue modelada por el humor y la escritura social que se impuso a por sobre sus formas anteriores. La justicia actual es lo que alcanza un empecinamiento social. Allí es donde éste como tantos otros libros y películas, investigaciones o ficciones, hacen posible una sociedad más justa", señala Cardinale.

Para el editor, se trata de un aporte a que "los testigos mediante sus testimonios puedan envestirse en el imaginario social como el verdadero centro de lo judicial en cuestiones de lesa por sobre las condena", ya que precisa que "los testimonios abren, mientras que las condenas, sin hacer públicos los testimonios que la formularon, clausura lo acontecido a un dictamen sin cuerpo histórico-social".

"El imaginario hegemónico se rige por la condena o la impunidad, y ésta 'lógica' amplificada mediáticamente, anula los hechos que nos sitúan a cada uno entre este tiempo que juzga a aquel tiempo construido para la impunidad", sintetiza Cardinale.

Con información de Télam