En las sierras cordobesas, lejos del bullicio y la rutina, se encuentra un tesoro natural imperdible para una escapada de fin de semana: la Laguna Neyem. Ubicada en el Sendero Blanco, cerca de Villa Yacanto, esta joya escondida ya cautivó a visitantes de todo el país por sus aguas cristalinas y su entorno serrano de incomparable belleza.
La Laguna Neyem no es solo un cuerpo de agua, pues también es un oasis de tranquilidad que invitó a sumergirse en sus aguas turquesas y refrescantes en cualquier época del año. Además, la biodiversidad que la rodea ofrece la oportunidad de avistar diversas especies de aves y flora autóctona.
Para acceder a este "joya oculta", es necesario realizar una caminata guiada de aproximadamente 45 minutos a través de senderos naturales que conducen a la cantera de piedras blancas, donde se encuentra la laguna. La caminata además es una excelente oportunidad para conectar con la naturaleza y disfrutar de las vistas panorámicas.
Y aunque la laguna puede visitarse durante todo el año, la temporada con temperaturas más agradables son en primavera y otoño. Los conocedores de la zona recomiendan llevar calzado cómodo para caminar, protector solar, repelente de insectos, agua y una cámara fotográfica.
MÁS INFO
Entre las actividades que se pueden realizar en la laguna se destacan:
- Nadar: las aguas cristalinas y la temperatura agradable invitan a darse un refrescante chapuzón.
- Snorkeling: explorar el fondo de la laguna y descubrir su rica vida acuática.
- Fotografía: capturar la belleza del paisaje y los momentos inolvidables.
- Relax: disfrutar de la tranquilidad del lugar y conectar con la naturaleza.
Cómo llegar a Laguna Neyem
Al tratarse de un terreno privado, se debe reservar la visitar y contratar una excursión guiada. Sendero Blanco se ubica a dos horas y media de Córdoba capital. El camino es el mismo que a Santa Rosa de Calamuchita, con desvío por ruta 228 hasta llegar al predio.
Estas agencias ofrecen excursiones guiadas que incluyen el traslado, la caminata y todas las indicaciones necesarias para disfrutar al máximo de la experiencia.
El "tesoro escondido" a seis horas de CABA donde reina la paz y la naturaleza
San Cayetano, un destino imperdible para una escapada de fin de semana en la provincia de Buenos Aires, ofrece la combinación perfecta de historia, naturaleza y tranquilidad. Fue fundado en 1911, este pintoresco pueblo se encuentra a solo 75 km del centro de la provincia y cuenta con una amplia gama de atractivos que lo convierten en una opción ideal para disfrutar en familia.
San Cayetano es un pueblo ubicado entre majestuosos médanos y rodeado de más de 28 kilómetros de playas y pequeñas bahías. Brinda a los visitantes un entorno natural único donde pueden relajarse y alejarse del bullicio de la ciudad.
El pueblo cuenta con múltiples lagunas, como El Albardón, Jorgensen, La Genovesa, La Vizcacha y La Vizcachita, que son reconocidas por ser excelentes lugares para la pesca del pejerrey, atrayendo tanto a pescadores locales como a visitantes de otras regiones.
Pero no solo la naturaleza es el atractivo de San Cayetano. En este encantador lugar, los turistas también pueden descubrir la riqueza histórica del pueblo. La iglesia, inaugurada en 1950 en la localidad rural de Ochandio, alberga un fragmento del hábito de San Cayetano de Thiene, un tesoro que se suma al sentido espiritual del lugar. Este relicario, traído desde la iglesia de San Paolo en Nápoles en 2009, añade un toque de historia y devoción al pueblo.
Además, sobre la costa, se encuentra el Balneario San Cayetano, cuyas características singulares son el paisaje agreste y la tranquilidad que transmite. Explorando sus entornos es posible encontrar naufragios y contemplar la belleza autóctona de la Reserva Natural Provincial Arroyo Zabala.
El balneario San Cayetano, localidad costera del partido homónimo, se encuentra entre médanos forestados, casas bajas y frondosa vegetación a lo largo de sus 28 kilómetros. La vida en la villa se caracteriza porque quienes la visitan pierden la noción del tiempo. Se destacan sus amplias playas con pequeñas bahías, los afloramientos rocosos, las extensas cadenas de médanos y la desembocadura del arroyo Zabala, que forman en conjunto un paisaje natural de singular belleza.