El 14 de abril de 1912 por la noche, el “RMS Titanic”, un transatlántico de origen inglés, chocó contra un iceberg camino a Nueva York, se hundió en la madrugada del 15 y se volvió una de las catastrofes oceánicas más famosas de la historia.
Pero hay diversas creencias alrededor de qué sucedió realmente, como así también investigaciones enfocadas en desmentirlas.
No fue el iceberg
Esta teoría se basa en parte en que en 1912 había submarinos alemanes recorriendo el Atlántico Norte para juntar información, así la Marina podía “planear” futuros ataques.
Pero ¿qué relación tienen con el hundimiento del barco? En 1985 Robert Ballard y Jean-Louis Michel, expertos en oceanografía, localizaron al Titanic y consiguieron imágenes del transatlántico en el fondo del océano gracias a un robot submarino llamado “Argo”. Se pudo observar así que tenía seis remaches desprendidos, algo que en principio relacionaron con un trabajo incompleto por parte de quienes trabajaron en la construcción del Titanic. Calcularon que ese área era de 3 metros cuadrados aproximadamente, lo que no sería causa suficiente para el hundimiento y podría dar lugar a creer que se trató de una especie de torpedo.
A esto se suma que cuando el Senado de EE.UU investigó la catástrofe marítima, sobrevivientes del naufragio testificaron que no sintieron nada cuando el choque con el iceberg tuvo lugar, pero sí escucharon cuatro explosiones en “las entrañas” del transatlantico después del impacto. Además, declararon haber visto "un barco no identificado a aproximadamente cinco o seis millas de distancia" del navío que se estaba hundiendo, el cual supuestamente permaneció en la superficie hasta las 2 de la madrugada.
Quienes investigaron esta teoría destacaron que, de ser cierta, podía ser un submarino que había emergido a la superficie para evaluar el daño causado, para después volver a esconderse.
La tragedia sucedió dos años antes del inicio de la Primera Guerra Mundial, pero hay quienes todavía especulan que de todas maneras es posible que esta teoría sea cierta.
Un mensaje maldito anti-papa
Harland and Wolff, la empresa de Belfast que construyó el Titanic, contaba con gran cantidad de trabajadores católicos que estaban preocupados por el número del barco: 3909 04. La cifra, si se miraba con un espejo, parecía decir la frase “NO POPE” (No Papa). Este detalle, para personas firmemente creyentes, podía anticipar una desgracia.
Walter Lord, historiador del Titanic, detalló que, durante su investigación, recibió cartas de irlandeses que insistían con esta teoría, a mediados de la década del 50. Pero, según destaca Lord en su libro de 1986 “The Night Lives On” (La noche viva), no figuraba ese número en el barco.
La teoría es una de las más difíciles de sostener, teniendo en cuenta que la cifra pintada en el Titanic era 401. Tampoco había trabajadores católicos en esa época, ya que la empresa los expulsó a finales del siglo XIX, y ya iniciado el siglo XX, contrataba únicamente protestantes, según escribió Annie Caulfield en “Irish Blood, English Heart, Ulster Fry”.
JP Morgan: el ambicioso autor intelectual
Esta teoría se basa en que tres de los fallecidos en la tragedia del Titanic, John Jacob Astor (reconocido millonario de la época), Benjamin Guggenheim (magnate minero) e Isidor Straus (copropietario de Macy's), se opusieron a la creación del Banco de la Reserva Federal en los Estados Unidos y fueron “condenados” por eso.
JP Morgan, banquero y coleccionista, planeaba ser parte de la travesía también pero canceló su viaje a último momento, a pesar de tener su propia suite personal, en la cubierta de proa, y un baño especialmente diseñado para él en el barco. Pero, mientras el Titanic se hundía, Morgan estaba en Europa comprando tapices para su colección de arte.
Esta teoría, sin embargo, forma parte de los mitos que existen alrededor del barco. No existen declaraciones fácticas que lo acrediten.
Egipto contraataca ¿con una momia?
Según creen los conspiranoicos, una antigua princesa momificada dejó una especie de rastro de muerte y devastación en Inglaterra a principios del siglo XX, después de que fuera hallada en unas excavaciones y la sacaran de Egipto. Cuando coleccionistas de arte y museólogos británicos se hartaron de la momia embrujada, un arqueólogo estadounidense la compró y quiso regresar a Nueva York con su nueva adquisición en el Titanic.
La teoría es popular y lo llamativo es que quienes buscan desmentirla no resaltan que no existen las momias embrujadas, sino que no había ninguna momia en el barco. También resulta interesante tener en cuenta que la supuesta momia podría estarse vengando de la innumerable cantidad de reliquias robadas que son parte de la colección del Museo Británico, como así también específicamente del vaciamiento de la tumba de Tutankhamón, la que también es históricamente “vendida” como maldita.
No se llamaba Titanic
El Olympic, un barco más viejo y casi idéntico al Titanic, habría sido en realidad el que se hundió cerca de Terranova. En el libro “Titanic: The Ship That Never Sank?” (Titanic: ¿el barco que nunca se hundió?), el investigador Robin Gardiner escribió que fue resultado de una estafa al seguro por parte de la Compañía Internacional de la Marina Mercante, propietaria de la White Star Line (empresa a la que ambos barcos pertenecían).
Todo empezó cuando el Olympic se estrelló contra un buque de guerra en 1911 y, como consecuencia, la White Star Line no pudo cobrar el pago del seguro. Según la teoría arreglaron el Olympic lo mejor posible y lo hicieron pasar por el Titanic ya que, al permitir que el barco averiado continuara navegando bajo un nombre falso, la compañía podía cobrar el pago del seguro cuando se hundiera.
Este supuesto plan no incluía la muerte de ningún tripulante. Si hubiera salido bien, el barco se habría hundido lentamente y próximo a uno salvavidas que posteriormente podría rescatar a la tripulación y a los pasajeros.
Esta teoría destaca que no hubo iceberg pero el Titanic terminó colisionando contra un barco de rescate a causa de la oscuridad, que los pasajeros y los miembros de la tripulación confundieron con un enorme témpano ¿Qué destruye esta rebuscada idea? Todos los objetos datados que fueron extraídos del naufragio del Titanic tenían el número de serie 401, y la cifra con la que era identificado el Olympic era 400.
¿La luna asesina?
En un informe publicado en la revista “Sky & Telescope” (Cielo y telescopio), el astrónomo Donald Olson, de la Universidad Estatal de Texas-San Marcos, una rara alineación entre el Sol, la luna y la Tierra podría ser la responsable de la tragedia.
La luna llena, del 4 de enero de 1912, sería quien provocó el viaje al sur de los icebergs, justo cuando el Titanic partía de Southampton.
Olson cree que todo el hecho fue resultado de una “superluna”, momento en que el satélite se encuentra lo más cerca posible de la Tierra, lo que genera una marea excepcional, llamada “marea de primavera”.
Esta teoría es mucha más fácil de desmentir que otras, ya que si bien es posible la ruptura de grandes porciones de hielo en Groenlandia que “viajaran” hacia el sur, los icebergs no se trasladan tan rápido y es imposible que llegaran a la zona de la colisión para la fecha de la catástrofe.
Incendio antes de salir del puerto
El periodista Senan Molony, que hace 30 años enfoca sus investigaciones en el Titanic, sostiene, en el documental "La nueva evidencia" (2017), la teoría de un incendio en las calderas del barco, iniciado al principio del trayecto y mantenido durante cinco días.
En una entrevista de Molony con el diario The Times, destacó que siempre se supo que el hundimiento “se debió a una fuerza mayor”, en este caso a una “combinación perfecta y fatal entre fuego, hielo y negligencia criminal”.
Esta teoría puede sostenerse con mayor fuerza que las otras ya que, en los testimonios recabados por el Comisionado Británico de Londres, bomberos que viajaron en el transtlántico confirmaron que tuvieron que luchar contra el fuego aproximadamente desde que inició el viaje hasta que el Titanic comenzó a hundirse.
Asimismo, el 20 de abril de 1912, un sobreviviente que trabajaba en las calderas, J. Dilley, ´sostuvo la idea de esta causal, explicando que el fuego había hecho estragos en el búnker del Titanic. De ser cierto ¿por qué se mantuvo en secreto? Quienes dicen que este documental es certero destacan que la constructora del Titanic no podía cancelar por tercera vez su salida, por el impacto económico que podía causarle a la empresa, como así también a la imagen de indestructible del buque, que además era una muestra orgullosa del tipo de vida aristocrática que podía dissfrutarse viajando en él: un gimnasio, bibliotecas, pileta, varios restaurantes y camarotes de lujo, eran solo algunos de los espacios que, para la época, lo convertía en el transporte en el que se podía vivir de esa manera.