Hallaron en perfecto estado un barco español de vapor que fue derribado hace casi 80 años. El navío pertenecía a las potencias del Eje y tenía como objetivo reabastecer de armas a las filas nazis en el norte de África a través del Mar Mediterráneo, comandadas por Erwin Rommel.
A casi 80 años del fin de la Segunda Guerra Mundial, todo lo que rodea a uno de los eventos más significativos sigue generando interés y curiosidad en buena parte del planeta. En las últimas horas, agencia EFE reveló que se halló el barco español de vapor San Isidro Labrador en perfecto estado. El descubrimiento se realizó bajo las aguas que rodean a la isla griega de Kythnos.
El navío tenía como misión llevar armamento a las filas nazis en el norte de África, ya que había sido fletado por el ministerio de Transporte alemán. El hundimiento se produjo tras recibir el impacto de un torpedo que lanzó el submarino griego Katsonis en abril de 1943. El San Isidro Labrador fue encontrado a 98 metros de profundidad por el equipo que lidera Kostas Thoktaridis, que acumula más de 500 hallazgos en los 35 años que lleva observando el fondo marino de Grecia.
El propio Thoktaridis reveló que las condiciones de preservación del barco español son excelentes, ya que las puertas laterales se mantienen abiertas, la chimenea sigue en su lugar y todo hace parecer que a bordo del San Isidro Labrador "el tiempo se detuvo en 1943". El Katsonis fue el verdugo de este navío y lo torpedeó después de atacar con éxito un barco escolta italiano, el Tergeste, solo unos días antes.
Cómo se produjo el naufragio del San Isidro Labrador
Antes de impactar contra el San Isidro Labrador, el submarino griego disparó otros dos torpedos a 400 metros de distancia, pero falló. Recién con el tercero consiguió abrir un agujero en la parte trasera izquierda del barco, a la altura de la sala de máquinas, aunque nunca llegó a explotar.
"No lo hubiésemos sabido, si no nos lo hubiera dicho el capitán español del buque, de encargo alemán y bandera española como su tripulación, cuando los rescatamos del mar azotados por el frío", escribió en aquellos tiempos un alto mando del Katsonis. Es que según explicó Thoktaridis, los torpedos que usó la Armada griega durante la Segunda Guerra Mundial tenían defectos en su brújula y en la parte delantera, lo que impidió que detonara en el caso del San Isidro Labrador.
Cabe destacar que el barco español pertenecía a una empresa ibérica llamada Transcomar. La misma era de capitales alemanes y había adquirido 10 buques con bandera neutral con el objetivo de abastecer de armas a través del Mediterráneo a las tropas nazis que se encontraban en el norte de África, lideradas por Erwin Rommel.