Si últimamente te has sentido agobiado por el estrés y no has encontrado la manera de relajarte, tenemos una solución para vos. Resulta que hay ciertos alimentos conocidos como "superalimentos" que son verdaderos aliados para combatir este problema. Uno de ellos es la avena. Sí, esa que hoy en día está en boca de todos. Pero, ¿qué tiene esta planta que puede ayudarnos a reducir el estrés?
Resulta que la avena, concretamente las semillas comestibles de la hierba de avena, contiene hidratos de carbono complejos que contribuyen a aumentar la producción de serotonina. Y te preguntarás, ¿qué tiene que ver la serotonina con el estrés? Resulta que esta sustancia química en nuestro cerebro desempeña un papel fundamental en el control del estado de ánimo y el apetito. Así que niveles adecuados de serotonina pueden ayudarnos a mantener nuestra mente en calma y nuestro apetito bajo control.
Pero la avena no solo ayuda a nivelar nuestro estado de ánimo, sino que también tiene un efecto sedante y tranquilizante. Por eso es perfecta para combatir el estrés y la falta de sueño. Además, tiene un alto contenido de fibra, lo que nos ayuda a sentirnos saciados por más tiempo. Esto significa que podemos aguantar varias horas sin comer y además, gracias a su capacidad para reducir el colesterol, también es beneficioso para nuestra salud cardiovascular.
Propiedades de la avena
- Genera gran saciedad: al ser rica en hidratos de carbono que el organismo va absorbiendo gradualmente, hace que te sientas más saciado y consecuentemente pases más tiempo sin pasar hambre.
- Ayuda en el control del azúcar en sangre: contiene gran cantidad de fibra soluble, más concretamente los betaglucanos que, durante la digestión, forman una especie de gel que hace que el vaciado del estómago sea más lento, así como el paso del azúcar a la sangre. Esto es especialmente importante para las personas que sufren diabetes tipo 2. Aunque si consideras que tienes algún tipo de problema con tus niveles de glucosa, lo mejor es que consultes con un especialista.
- Ayuda a controlar el colesterol: gracias a los betaglucanos, la avena es útil para reducir los niveles de triglicéridos, así como el colesterol malo (el LDL) que puedan tener otros alimentos. En este sentido, en 1997 la Food and Drugs Administration (FDA) en Estados Unidos declaró que tomar 3 gramos diarios de betaglucanos de la avena ayudaría a disminuir el colesterol sérico total y el LDL. Su contenido en ácidos omega 3 y linoleicos (grasa de buena calidad) hacen que suba el colesterol bueno. Además, este cereal contiene un tipo de polifenoles llamados avenantramidas, que son exclusivos de este alimento, que pueden ayudar a evitar la oxidación del colesterol. Para aprovechar esta cualidad, habrá que acompañar la avena de alimentos que sean altos en vitamina C.
- Antioxidante: las avenantramidas (AVAs), al ser polifenoles (sustancias químicas caracterizadas por la presencia de más de un grupo fenol por molécula) tienen propiedades antioxidantes, es decir, combaten la oxidación celular. También regulan la presión arterial y poseen efecto antiinflamatorio. Según datos de la FEN (Fundación Española de la Nutrición), las avenantramidas tienen una acción antioxidante de 10 a 30 veces mayor que otros compuestos fenólicos. Además, la vitamina E que contiene la avena también tiene efecto antioxidante. De este compuesto se conoce su poder para proteger al organismo de los efectos de los radicales libres e incluso su potencial para ayudar a prevenir enfermedades como la artritis, la aterosclerosis, el cáncer y las cataratas, entre otras.
- Aporta mucha energía: al ser una fuente de hidratos de carbono complejos, puede suponer una fuente de energía muy interesante tanto para aquellas personas que tienen que pasar mucho tiempo seguido sin comer,
- Prebiótica: los maravillosos betaglucanos son fermentables, por lo que actúan de prebióticos en el intestino, alimentando a las bacterias buenas que viven allí y mejorando la salud de nuestra microbiota.
- Facilita la digestión: como es rico en fibra, las personas que sufren estreñimiento encontrarán en él a su mejor aliado. La avena ayuda con el tránsito intestinal y con la digestión de los alimentos. A las personas que sufren problemas digestivos suelen sentarle muy bien.
- Previene el hipotiroidismo y ayuda con la bronquitis: la avena contiene yodo, un mineral que hace la tiroides funcione como debe. Su consumo puede ayudar a prevenir el hipotiroidismo. Este cereal también posee propiedades mucolíticas y expectorantes, por lo que será una ayuda en casos de bronquitis. Si se introduce de manera temprana en la alimentación de los niños, la avena podría reducir el riesgo de que estos desarrollen asma persistente.
- Alimenta los tejidos del organismo: las proteínas de la avena son de gran valor biológico y es que aportan ocho de los nueve aminoácidos esenciales que nuestro organismo necesita y que no puede producir por él mismo. Los aminoácidos se combinan y forman las proteínas, nutrientes básicos de los tejidos y los músculos. Una vez que una proteína es digerida, sus aminoácidos se separan y pasan a formar parte de distintos tejidos y partes del cuerpo.
- Mantiene el sistema nervioso bajo control y alimenta los huesos: La avena contiene vitaminas del grupo B que actúan como “equilibradoras” del sistema nervioso, es decir, que nos ayudan a estar más calmados. Su contenido en calcio viene muy bien para que los huesos no se desmineralicen previniendo la osteoporosis.
Desayunos con avena
Para quienes buscan un desayuno proteico que se prepare en pocos minutos, esta receta de tortitas de avena es ideal. Además de ser fácil de realizar, se puede personalizar a gusto de cada persona, ofreciendo una opción rápida y nutritiva para las mañanas apuradas.
Esta genial receta no lleva azúcares añadidos y resulta en un plato dulce y saciante. Las tortitas de avena y banana se pueden preparar con ingredientes comunes y permiten diversas combinaciones, perfectas para arrancar las mañanas con mucha energía.
Es super sencillo, solo tenés que seguir estos pocos pasos:
- Preparar la banana: aplastá una banana relativamente madura hasta formar un puré.
- Añadir los huevos: incorporá un huevo entero y la clara del segundo huevo al puré de banana. Mezclá bien hasta obtener una masa semilíquida.
- Incorporar la avena: agregá tres cucharadas de avena a la mezcla y uní hasta lograr una masa homogénea.
- Saborizar: sumale ralladura de limón o naranja, esencia de vainilla, canela, o cualquier otro ingrediente de preferencia para darle un toque personalizado.
- Carlentar la sartén: pincelá con aceite de oliva extra virgen una sartén antiadherente.
- Cocinar las tortitas: colocá la mezcla en la sartén por cucharadas. Cuando las tortitas comiencen a hacer burbujas o se doren por debajo, dalas vuelta y cocinalas del otro lado.
- Servilas: retirá las tortitas de la sartén y servilas con frutas frescas ideales para el desayuno, queso fresco batido o yogur natural, frutos secos, semillas, o cualquier otro ingrediente disponible.