La viruela del mono, también conocida como viruela símica, es una enfermedad rara provocada por el virus del mismo nombre. Aunque generalmente afecta a roedores y primates no humanos, también puede infectar a las personas. Este virus se encuentra principalmente en África Central y Occidental, pero desde 2022 tuvo casos reportados en otras regiones, incluidos Estados Unidos y Europa, debido a viajes internacionales, la importación de animales, o el contacto cercano con una persona o animal infectado.
Los síntomas de la viruela del mono suelen manifestarse entre 3 y 17 días después de la exposición, durante un período conocido como incubación. La enfermedad dura entre 2 y 4 semanas y se caracteriza por síntomas como fiebre, sarpullido, hinchazón de los ganglios linfáticos, dolor de cabeza, dolores musculares y en la espalda, escalofríos y cansancio.
Unos días después de la aparición de la fiebre, se desarrolla un sarpullido que generalmente comienza en la cara, las manos o los pies y se extiende a otras partes del cuerpo. No obstante, en el brote de 2022, el sarpullido a menudo comenzó en la zona genital, la boca o la garganta. Este sarpullido pasa por varias etapas, desde manchas planas hasta ampollas llenas de pus, que finalmente forman costras y se caen en un plazo de 2 a 4 semanas.
Viruela del mono: formas de contagio
El virus de la viruela del mono se propaga principalmente a través del contacto cercano con una persona o animal infectado. Las personas pueden contagiarse por contacto directo con sarpullidos, costras o fluidos corporales de una persona infectada, así como mediante el contacto prolongado con gotitas respiratorias. El virus también puede transmitirse a través de ropa, sábanas u otros objetos que hayan estado en contacto con alguien infectado. Además, una persona embarazada puede transmitir el virus a su feto.
El contagio de animales a personas puede ocurrir por mordeduras o arañazos, consumo de carne de caza contaminada, o contacto con productos elaborados a partir de animales infectados, como pieles.
Viruela del mono: prevención y tratamiento
Para prevenir la infección, es crucial evitar el contacto cercano con personas que presenten síntomas de la viruela del mono, así como con animales que puedan estar infectados. Lavar las manos con frecuencia, aislar a las personas infectadas, y evitar el uso de ropa u objetos que hayan estado en contacto con un caso confirmado son medidas esenciales. Algunas vacunas contra la viruela, como ACAM2000 y Jynneos, también pueden prevenir la viruela del mono, aunque no están recomendadas para toda la población.
El tratamiento se centra en aliviar los síntomas y prevenir complicaciones. Los cuidados incluyen mantener la piel hidratada, consumir líquidos para evitar la deshidratación, y controlar el dolor. En casos graves, pueden utilizarse antivirales como tecovirimat o brincidofovir.
Aunque la viruela del mono es rara y no se transmite fácilmente sin un contacto estrecho, puede provocar complicaciones graves, como cicatrices permanentes, ceguera, y en casos excepcionales, la muerte. Si presentás un sarpullido nuevo o síntomas compatibles, consultá a un profesional de la salud de inmediato. La detección y el aislamiento temprano son fundamentales para contener la propagación del virus.