La Iglesia Católica conmemora este lunes 24 de junio la vida y obra de San Juan Bautista, aquel que tuvo el honor de bautizar a Jesús en las aguas del Jordán. A lo largo de los años, el 24 de junio se convirtió en un día especial para honrar a este santo, uno de los tres únicos cuya celebración es dedicada por la iglesia, junto con la de María, por ser inmaculada, y la de Jesús.
La natividad de San Juan Bautista se debe a un acontecimiento particular: su santificación en el vientre de su madre Santa Isabel, cuando esta recibió la visita de su prima María. Su importancia dentro de la religión cristiana queda demostrada en las palabras que una vez dijo Jesús: "Entre los nacidos de mujer, nadie es mayor que Juan el Bautista".
Juan desempeñó un papel fundamental como precursor del Mesías, preparando el camino para su llegada y anunciando su cercanía. Siendo el último de los profetas del Antiguo Testamento, la Iglesia lo considera uno de los santos más grandes después de la Virgen María. Su mayor desafío fue enfrentar las exigencias morales del profeta Herodes Antipas, quien, temeroso de una revuelta popular, decidió arrestarlo. Su vida llegó a su fin trágicamente cuando fue decapitado en la cárcel en el año 28 d.C.
La cabeza de San Juan Bautista, llamado por esta razón “degollado”, se conserva en la actualidad en la iglesia de San Silvestre in Capite en Roma, pero privada de la mandíbula, que se encuentra en la catedral de San Lorenzo de Viterbo. Los católicos, los anglicanos y los luteranos celebran la natividad de Juan el Bautista el 24 de junio, seis meses antes de la Navidad.
Oración a San Juan Bautista
Bendito San Juan Bautista, que fuiste elegido para anunciar a los hombres
la venida del reino de Cristo,
guía nuestros pasos por las sendas de la justicia y la paz,
y alcánzanos del Señor su misericordia y perdón.
Gloriosísimo San Juan Bautista,
precursor de mi Señor Jesucristo,
lucero hermoso del mejor sol,
trompeta del Cielo,
voz del verbo eterno,
consígueme del Señor su benevolencia y bendición.
Tú que eres el mayor de los santos
y alférez del Rey de la Gloria,
que eres más hijo de la gracia que de la naturaleza,
y por todas las razones
príncipe poderosísimo en el Cielo,
consígueme del Señor su clemencia y protección .
Glorioso San Juan Bautista,
hoy en mi desespero te ruego
que me ayudes en estos duros momentos,
necesito tu valioso auxilio
para solucionar mis penas y miserias,
media ante el Señor para que me conceda:
(decir lo que se necesita conseguir)
Te pido mártir invencible que no desoigas mis penas
y por los privilegios con que te enriqueció Dios
consigue que mi pedido sea concedido lo antes posible
si fuere conveniente para mi salvación;
y si no, una perfecta resignación,
con abundante gracia,
que haciéndome amigo de Dios,
me asegure las felicidades eternas de la Gloria.
Amén.