Fernando Pastorizzo tenía 20 años en 2017, y estaba listo para un nuevo comienzo. Inscrito en la carrera de Administración de Empresas, planeaba mudarse a Paraná para estar más cerca de la facultad. Sin embargo, su vida dio un giro trágico cuando su novia, Nahir Galarza, de 19 años, lo asesinó con dos disparos en el pecho. Nahir se convirtió en la persona más joven condenada a prisión perpetua en la historia de Argentina.
El caso de Nahir Galarza, a pesar del tiempo, sigue dando qué hablar en buena parte de los medios de comunicación y en la opinión pública. Hace poco surgieron algunos de los comentarios que los amigos de Fernando le hacían, a modo de advertencia, sobre su relación con Nahir.
La relación y los comentarios de los amigos de Fernando
Amigos cercanos, como Juan Ignacio, aconsejaban a Fernando terminar su relación que consideraba tóxica con Nahir. Pero él, profundamente enamorado, no veía el peligro. Juan relató que la violencia era constante y que Nahir apartaba a Fernando de su grupo de amigos, ejerciendo un control absoluto sobre él.
“Siempre vi violencia. Ella le hacía mal. Le dije que la dejara, pero estaba muy enamorado”, reveló Juan en 2018, cuando fue invitado a hablar del caso en la pantalla de TN. Fernando generalmente no hablaba de Nahir con sus amigos porque sabía del rechazo del grupo. Ella, además, lo apartaba a él de su grupo de amigos cuando solían salir a los boliches de Gualeguaychú.
Sin embargo, Juan Ignacio nunca imaginó el peor final. “Hacía cinco años que estaban juntos. Él se fue de vacaciones en 2016 con la familia de ella. Nunca imaginé que la relación terminaría así”, sostuvo en su testimonio.
Las declaraciones de los amigos de Fernando revelan la realidad de una relación marcada por la violencia y el control. Sobre todo coinciden en la idea de que ella "le hacía muy mal", aunque él la amaba.
La noche del crimen: cómo pasó
En la víspera de Año Nuevo, Fernando y Nahir, quienes parecían una pareja feliz, discutieron mientras viajaban en moto. Nahir, utilizando el arma reglamentaria de su padre, le disparó dos veces en el pecho y luego huyó. Finalmente confesó el crimen.
El caso de Fernando y Nahir es un recordatorio doloroso de los peligros de las relaciones tóxicas y la necesidad de estar atentos a las señales de violencia. Es fundamental buscar ayuda y apoyo cuando una relación muestra signos de toxicidad.