Los mamuts encabezaban el menú de los norteamericanos de la Edad de Hielo

04 de diciembre, 2024 | 16.46

Los primeros humanos que se extendieron por Norteamérica durante la última Edad de Hielo pusieron a los mamuts a la cabeza de su menú, según unos científicos que han conseguido las primeras pruebas directas de la dieta de estos antiguos pobladores.

Los investigadores descifraron la dieta de una mujer que vivió hace unos 12.800 años basándose en pistas químicas de los huesos de su hijo, cuyos restos se encontraron en el sur de Montana. Como el bebé, de 18 meses, aún estaba lactando en el momento de su muerte, sus huesos mostraban las huellas químicas de la dieta de su madre, transmitidas a través de la leche.

Descubrieron que su dieta consistía principalmente en carne de megafauna (los animales más grandes de un ecosistema), sobre todo mamuts. La megafauna constituía alrededor del 96% de su dieta, con los mamuts en torno al 40%, seguidos de alces, bisontes, camellos y caballos, y una contribución insignificante de pequeños mamíferos y plantas.

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"La megafauna, en particular los inmensos mamuts colombinos, proporcionaban enormes paquetes de carne y grasa rica en energía. Un animal podía mantener a una comunidad dependiente de niños, mujeres cuidadoras y ancianos menos móviles durante días o incluso semanas mientras los cazadores buscaban su próxima presa", explica el arqueólogo James Chatters, de la consultora arqueológica Applied Paleoscience, con sede en Bothell Washington, coautor del estudio publicado el miércoles en la revista Science Advances.

Los mamuts colombinos, primos de los elefantes actuales, medían hasta 4 metros de altura y pesaban hasta 11 toneladas.

La madre y el hijo formaban parte de la cultura Clovis, que data de hace unos 13.000 años. Este pueblo nómada y de gran movilidad se asocia con artefactos que incluyen grandes puntas de lanza de piedra adecuadas para matar presas masivas, grandes cuchillos de piedra y herramientas de raspado para arrancar carne.

Los hallazgos refuerzan la idea de que los Clovis, cuyos antepasados cruzaron un puente terrestre desde Siberia hasta Alaska, se dedicaron a cazar las presas más grandes del paisaje en lugar de buscar plantas y cazar animales pequeños.

Esta estrategia parece haber permitido a estos pueblos expandirse rápidamente por Norteamérica y después por Sudamérica -en sólo unos siglos-, ya que seguían las migraciones de las presas a través de vastas distancias.

"Estos resultados también nos ayudan a comprender las extinciones de megafauna al final de la última Edad de Hielo, lo que indica que los humanos pudieron haber desempeñado un papel más importante de lo que a veces se piensa", afirmó Ben Potter, arqueólogo de la Universidad de Alaska Fairbanks y coautor del estudio.

Los Clovis habitaron Norteamérica en el ocaso de la Edad de Hielo, cuando el calentamiento del clima redujo el hábitat de los mamuts y otros grandes herbívoros. Estos animales estaban familiarizados con depredadores como los gatos dientes de sable y dientes de cimitarra, pero nunca antes se habían topado con cazadores humanos.

"Los Clovis eran cazadores muy sofisticados, con habilidades perfeccionadas durante más de 10.000 años cazando megafauna en las estepas que se extendían desde Europa oriental hasta el Yukón", explicó Chatters.

"Al llegar a Norteamérica, al sur de los hielos glaciares, se encontraron con presas ingenuas sometidas a estrés ecológico. Al hacer hincapié en la megafauna en su dieta, estos recién llegados agravaron ese estrés, aumentando la probabilidad de extinción", señaló.

Los trozos de cráneo y otros huesos del niño, llamado informalmente Anzick Boy, se descubrieron en 1968 cerca de Wilsall, Montana.

(Reportaje de Will Dunham; Edición de Rosalba O'Brien, Editado en español por Juana Casas)