Dieciséis cachorros de oso negro asiático rescatados el mes pasado de la casa de un cazador furtivo en Laos prosperan en un santuario para esta especie en peligro de extinción, donde son atendidos las 24 horas del día por conservacionistas locales e internacionales.
El santuario de Luang Prabang, la antigua capital de Laos, está gestionado por Free the Bears, un grupo australiano de conservación de la vida salvaje que trabaja con comunidades locales y gobiernos de Asia para rescatar y proteger al oso negro asiático —también denominado oso tibetano y, en inglés "oso lunar"— y al oso malayo —"oso solar"—, un ejemplar igualmente en peligro y más pequeño que tiene su origen en el sudeste asiático.
Matt Hunt, director ejecutivo del grupo, dijo que el santuario estaba considerando la posibilidad de ampliar sus instalaciones de recreo, alojamiento y veterinarias, ya que nunca antes había acogido a tantos osos, ni a unos tan jóvenes.
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Los oseznos están siendo alimentados con biberón y deberán permanecer en el santuario varios meses hasta que sean lo bastante grandes para sobrevivir por sí solos, añadió.
Los cachorros fueron vistos corriendo juguetonamente por el santuario y nadando en un pequeño estanque.
"Probablemente se trate del mayor rescate de oseznos en peligro de extinción de todo el mundo", dijo a Reuters.
La policía de Laos rescató a los oseznos a finales de marzo durante una redada en una casa propiedad de un ciudadano chino, dijo Hunt. Los vecinos alertaron a la policía tras oír llorar a los oseznos. Cuando la policía pudo extraerlos, uno de los cachorros había muerto, añadió.
"Son extremadamente jóvenes, al parecer comprados ilegalmente a cazadores del norte de Laos... muy probablemente para intentar establecer una granja de bilis de oso", dijo Hunt.
La cría de bilis de oso consiste en extraer bilis de la vesícula biliar de osos vivos para su uso en la medicina tradicional china. Esta práctica es legal en China, pero está prohibida en Laos, Vietnam y Camboya, entre otros países.
(Reportaje de Napat Wesshasartar, redacción de Chayut Setboonsarng, edición de Miral Fahmy, editado en español por Marta Serafinko)