Un dramático desenlace conmueve al mundo. Un rayo mató la pasada noche del jueves a nueve niños con edades comprendidas entre los 13 y 15 años en Uganda mientras se encontraban jugando al fútbol.
La tragedia ocurrió en la ciudad de Arua (noroeste), cuando un grupo de niños se encontraban jugando en un campo de fútbol y fueron sorprendidos por una tormenta eléctrica. Uno de los rayos impacto directamente sobre el campo, según informaron autoridades de la zona y Cruz Roja a medios locales.
Uno de los niños murió en el acto por el impacto directo del rayo, y el resto falleció horas después cuando eran trasladados al hospital más próximos. Otros tres menores, que también se encontraban en el lugar de los hechos, habrían logrado sobrevivir.
No son extrañas noticias de este tipo en Uganda, donde las tormentas eléctricas son frecuentes en el país y el sistema de pararrayos no se encuentra extendido. En junio de 2011, el impacto de un rayo mató a 18 niños en una escuela primaria del noroeste de Uganda, cerca de la reserva de fauna de Karuma.
La Policía de Arua dijo a EFE por teléfono que las autoridades están investigando "este trágico accidente" y, por eso, aún no puede compartir más información con la prensa.
El viceministro ugandés de Prevención de Desastres, Musa Ecweru, lamentó entonces que muchos colegios y centros de salud no disponían de pararrayos. "Eso es una negligencia por parte de las personas que certifican si esos edificios son aptos para uso público, y vamos a trabajar para impedir más accidentes", dijo Ecweru.
Cada año mueren 24.000 personas por el impacto de rayos en tormentas eléctricas. En España entre 10 a 15 personas pierden la vida por este motivo. El mayor riesgo de estos accidentes es sufrir parada cardiovascular, aunque el 80% de las personas afectadas no fallecen tras sufrir este tipo de accidentes.