El coronavirus mantiene en vilo a todo el mundo y ahora llega desde el cielo. El sábado, en México, granizó pero las bolas de hielo no fueron habituales sino que manifestaron ciertas protuberancias que las asemejaron al COVID-19.
"Covid-izo", así empezaron a llamar a este fenómeno que llamó la atención de todos. Las piedras cayeron en el estado de Nueva León, en México, y los vecinos rápidamente notaron la similitud con el coronavirus.
Según publicó el National Geographic en base a imágenes microscópicas, el SARS-CoV-2 es similar a sus primos hermanos: está compuesto por un núcleo de ARN (la abreviatura de ácido ribonucleico, el material genético del virus) y una membrana de proteínas que envuelve el material genético del virus (el ARN).
El nombre de coronavirus proviene de las protuberancias (recuerda más bien a un en forma de corona ), que sobresalen de su cobertura. El virus está envuelto en una burbuja de moléculas de lípidos aceitosos, que se deshacen al utilizar jabón. De ahí la importancia del lavado de manos.
Esas protuberancias son las que presentaron las pelotas de hielo que cayeron el sábado en México y llamaron la atención de todos.