La NASA hizo un emocionante descubrimiento en Marte. El Rover Curiosity detectó la presencia de metano en el Cráter Gale, pero con patrones extraños: solo apareció de noche y desapareció durante el día. Además, dependiendo de la estacionalidad del planeta, llegó a niveles 40 veces superiores a los habituales.
Este hallazgo plantea interrogantes sobre la posible existencia de vida en el planeta rojo. Según la hipótesis de la agencia espacial estadounidense, el gas podría estar sellado bajo una capa de sal solidificada que lo libera con los cambios de temperatura. Sin embargo, esto aún no fue confirmado y se necesitarían nuevos instrumentos y más recursos para profundizar en esta investigación.
Los científicos de la NASA utilizaron el laboratorio de química portátil a bordo del rover Curiosity, conocido como SAM (Análisis de Muestras en Marte), para realizar este descubrimiento. El hecho de encontrar metano en Marte es un gran avance, ya que este gas puede tener diferentes orígenes. Según los expertos, es probable que el metano sea producto de la actividad geológica que involucró la interacción entre el agua y las rocas en las profundidades del planeta rojo.
Un estudio publicado en el Journal of Geophysic Researchs: Planets sugiere que el metano podría quedar atrapado bajo capas de sal sólida. Alexander Pavlov, científico planetario de la NASA, lideró este estudio y plantea la posibilidad de que la sal se forme en el suelo marciano compuesto por rocas y polvo pulverizado. Según Pavlov y su equipo de científicos, el metano podría liberarse en ráfagas cuando estas capas de sal se rompieran bajo presión. Esto podría explicar por qué el metano se detecta principalmente en el cráter Gale, donde el robot explorador perforó y recorrió la superficie marciana.
Este descubrimiento trae consigo muchas posibilidades futuras. Los recursos naturales valiosos encontrados en Marte podrían ser clave para la sostenibilidad de futuras colonias a largo plazo sin la necesidad de depender de la Tierra y otros lugares. Sin duda, estos indicios de metano son una buena noticia para los planes de la NASA y otras agencias espaciales.
Alerta en la NASA: descubrieron una bacteria mutante y hay preocupación
En la vanguardia de la ciencia espacial, la Estación Espacial Internacional (EEI) no solo sirve de hogar a los astronautas, sino también como laboratorio para estudios que aprovechan sus singulares condiciones ambientales. Recientemente, un equipo de investigadores del Laboratorio de Propulsión a Chorro dedicó dos años a estudiar meticulosamente la bacteria Enterobacter bugandensis en la EEI.
Bajo el estrés ambiental de la EEI, 13 cepas de esta bacteria "aisladas de varios lugares dentro de la EEI" no solo sobrevivieron, sino que además mutaron, diferenciándose genética y funcionalmente de sus contrapartes terrestres. Según un comunicado de la NASA, estas cepas no solo se mantuvieron viables, sino que mostraron una proliferación significativa.
Más preocupante aún es que la E. bugandensis coexistió con otros microorganismos, en algunos casos favoreciendo la supervivencia mutua, lo que podría complicar la inmunidad y salud de los astronautas. El estudio, publicado en la revista Microbiome, reveló detalles sobre la dinámica del ecosistema microbiano y las interacciones entre las comunidades microbianas dentro de la EEI.
Los entornos cerrados construidos por el hombre, como la EEI, son áreas únicas que proporcionan un ambiente extremo sometido a microgravedad, radiación y elevados niveles de dióxido de carbono, explicó el comunicado de prensa de la NASA. Comprender estos procesos es crucial para mejorar las estrategias de prevención de enfermedades en las misiones espaciales y garantizar la salud y la seguridad de los astronautas frente a amenazas patógenas.