Hace 79 años, Argentina daba un paso significativo en derechos laborales con el establecimiento de las vacaciones pagas. Este derecho, instaurado bajo la gestión de Juan Domingo Perón, no solo benefició a los trabajadores sino que también fomentó el turismo social en el país. Hoy, mientras se desarrolla un nuevo verano en la Argentina, es importante revisar cómo ha evolucionado este derecho a lo largo de la historia del país.
¿Cuándo se establecieron las vacaciones pagas en Argentina?
Las raíces de las vacaciones pagas en Argentina se remontan a la década de 1930, específicamente con la sanción de la ley 11.723, que introdujo medidas protectoras para los trabajadores, aunque inicialmente limitadas al sector comercial. Este avance legal formaba parte de un proceso más amplio de democratización del bienestar, que buscaba una sociedad más móvil e igualitaria.
Sin embargo, fue en 1945, tras numerosos reclamos sindicales, cuando se dio un paso fundamental. El 23 de enero de ese año, mediante el Decreto 1740/45, la Secretaría de Trabajo y Previsión, encabezada por Juan Domingo Perón, estableció el derecho a las vacaciones pagas para trabajadores de todos los sectores. Este hito no solo reconocía la necesidad de descanso para el bienestar psicofísico de los trabajadores, sino que también fortalecía los lazos familiares y sociales, proporcionando un espacio para la recreación y el fortalecimiento de las relaciones personales.
En 1949, este derecho se incorporó a la Constitución Nacional Argentina a través del artículo 14 bis, estableciéndose como un pilar fundamental en los derechos laborales del país. Paralelamente, en el ámbito internacional, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en su convenio 52, definía las vacaciones anuales pagadas como un período de descanso remunerado y necesario para los trabajadores, cumpliendo ciertas condiciones de servicio.
¿Cómo es hoy la ley que rige las vacaciones y qué cambiaría con el DNU y la Ley Omnibus?
Actualmente, la Ley de Contrato de Trabajo en Argentina establece claramente los derechos de los trabajadores respecto a las vacaciones. Según esta ley, los empleados en relación de dependencia tienen derecho a una cantidad determinada de días de descanso anuales, que no afectan sus ingresos. La duración de estas vacaciones varía según la antigüedad del trabajador en la empresa, escalonándose desde 14 días para aquellos con menos de cinco años de servicio, hasta 35 días para quienes superan los 20 años de antigüedad.
En términos de remuneración, la ley especifica que los trabajadores deben recibir su sueldo habitual durante el período de vacaciones. Para los empleados mensualizados, el cálculo se realiza dividiendo su sueldo mensual por 25 y multiplicándolo por los días de vacaciones. Los trabajadores jornalizados, por su parte, reciben el mismo importe que ganaban antes del período de descanso. Esta estructura salarial garantiza que los trabajadores puedan disfrutar de sus vacaciones sin preocupaciones económicas.
Cabe destacar que, hasta la fecha, los artículos de la Ley de Contrato de Trabajo relacionados con las vacaciones no han experimentado cambios significativos ni con el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) de Javier Milei ni con la propuesta de la "Ley ómnibus". Esto implica que los derechos y obligaciones tanto de los trabajadores como de los empleadores en materia de vacaciones se mantienen estables y sin modificaciones.