En muchas oportunidades hemos escuchado a varias personas remarcar que la harina integral es mejor que la blanca. Incluso, existe una lucha para que esta diferencia se presente en los supermercados, sector donde tendrían que aparecer productos elaborados con este tipo de harina. ¿Por qué razón tiene más beneficios? Seguí estos importantes consejos de salud.
Las diferencias entre las harinas blancas e integrales
Esta es una información muy clave para el momento de consumir un alimento. La harina integral se diferencia de su par blanca desde el momento de la molienda. En este escenario, cuenta con un proceso de trituración de los granos en forma de harina pero donde se preservan el pericarpio, germen y endospermo. El primero se conoce como salvado y es el que cuenta con niveles importantes de fibra, vitamina y minerales.
El segundo, por su lado, es el embrión o lo que puede tener relación con el surgimiento de una planta. Por último, el tercer componente es vital ya que, cuenta con una representativa cantidad de almidón.
Se debe agregar que la harina blanca es mucho más refinada y esto se debe a que cuando se muele se elimina cualquier tipo de resto. Por este motivo, los expertos la consideran un poco más reducida, ya que, se pierden varios nutrientes beneficiosos para el cuerpo y solamente se conserva el almidón que en un consumo elevado puede generar problemas de salud.
Ahora bien, cuando nos alimentamos con esta sustancia, sus ingredientes se descomponen en varias subunidades de glucosa con las cuales obtenemos energía. Pero, esta tiene un paso directo a la sangre con la cual se libera insulina con la que las células pueden obtener la glucosa necesaria para un correcto desempeño. Cuando aparecen excesos de consumo marcan consecuencias como elevados indices de reservas de grasa e incluso la diabetes tipo 2.
MÁS INFO
Después de todo lo consignado previamente se deberá analizar la cantidad de harina que debe ingresar a nuestro cuerpo. En el caso de los postres, debemos tener precaución con la cantidad que consumimos, todo con la intención de cuidar nuestra salud.
Por eso es clave tener presente que con los alimentos que más veces comemos en la semana la situación debe ir enfocada a productos elaborados con harina integral. De este modo generaremos hábitos más sanos sin la necesidad de recurrir a una dieta. Lo más importante es reconocer y entender los diferentes mecanismos que hacen parte de los ingredientes y por supuesto sus consecuencias.