Las olas de calor obligan a adelantar la vendimia en España y a recolectar la uva de noche

30 de agosto, 2022 | 08.12

Equipados con linternas frontales para moverse en la oscuridad, los trabajadores de los viñedos de la Bodega Andrés Morate parecen luciérnagas desde la distancia mientras hacen rodar sus carretillas de una viña a otra y cortan racimos de uva por la noche.

Obligados a comenzar la vendimia unas semanas antes en la temporada debido a las brutales temperaturas estivales y a la sequía influenciada por el cambio climático, algunos viñedos españoles, como esta empresa familiar de las afueras de Madrid, también han pasado a recolectar la uva por la noche para evitar trabajar en el sofocante calor de agosto.

Las uvas suelen cosecharse a mediados de septiembre, pero Andrés Morate comenzó este año el 24 de agosto en su parcela de 20 hectáreas.

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"No es lo habitual... Sin el calor solíamos vendimiar más tarde, pero la vendimia se ha adelantado en los últimos años", dijo a Reuters.

"Y ahora está la sequía por encima de todo... este ha sido uno de los veranos más duros de la historia y cada año se baten récords (de temperatura)".

El cambio climático ha dejado partes de la península ibérica en su estado más seco en 1.200 años, según un estudio publicado el mes pasado en la revista Nature Geoscience. España ha sufrido este verano tres olas de calor excepcionalmente largas que han avivado unos incendios devastadores.

Aunque hay abundancia de uvas, el calor seco las ha hecho menos jugosas, dijo Morate.

Morate, que se enorgullece de una producción sostenible y ecológica, sin el uso de fertilizantes químicos ni riego, explica que para obtener los mejores resultados las uvas deben desarrollarse a un ritmo gradual desde que se forman en la vid hasta que se vendimian, pero últimamente el clima ha acelerado ese proceso, con efectos perjudiciales.

Trabajar de noche, desde el atardecer hasta las 2 o 3 de la madrugada, tiene sus ventajas no solo para los vendimiadores, sino también para las uvas antes de ser prensadas con el fin de hacer el vino, dice. Cuanto más frescas estén al llegar a la bodega, más se concentran su aroma y su sabor.

El vendimiador Javier, de 33 años, dijo: "Mucho mejor trabajar de noche, no hace tanto calor, no hay bichos, se trabaja más a gusto. Ahora mismo por el día no se podría estar aquí, nos coceríamos".

(Redacción de Andrei Khalip; Edición de Alexandra Hudson; Traducción de Flora Gómez)