Los científicos están fascinados con los avances que obtienen de sus estudios de los fósiles del Borealopelta markmitchelli, el dinosaurio de su tipo mejor preservado que se ha descubierto hasta la fecha.
El fósil ya ha desvelado el aspecto y la función de la armadura externa de este dinosaurio. Ahora, los científicos que estudian este fósil extraordinario han descubierto algo nuevo: una bola de material vegetal en el estómago del animal que no solo revela su dieta, sino que también documenta la estación en la que falleció el dinosaurio.
"Se encuentran en tan buen estado que se pueden describir los contenidos estomacales", explicó Caleb Brown, primer autor del estudio y conservador de dinosaurios en el Museo de Paleontología Royal Tyrrell de Alberta.
Los datos permitieron saber cuál fue la última comida de este animal, que vivió hace 110 millones de años y pesó aproximadamente 1.300 kilos. Según la reconstrucción realizada, se supo que su alimentación estuvo basada en hojas de helecho. Pero no de cualquier tipo. Si no de aquellos de la variedad leptosporangiados, que suponen el grupo más grande de la actualidad.
La investigación, publicada en Royal Society Open Science y financiada parcialmente por la National Geographic Society, proporciona una imagen sin precedentes del mundo que habitaba este dinosaurio herbívoro e incluso de los trocitos de carbón vegetal que se tragó.
"Pinta un cuadro muy evocador del entorno por el que habría pasado este dinosaurio", afirmó Victoria Arbour, conservadora de dinosaurios del Museo Royal BC de Canadá. "Puedes imaginar el evento específico que ocurrió durante la vida de este dinosaurio y me parece increíble", concluyó.