La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de EE.UU. (NASA, por sus siglas en inglés) publicó recientemente una compilación de un total de 21 fotografías adaptadas para el ojo humano que fueron tomadas por el róver Curiosity. Se trata de nubes inusuales, que fueron catalogadas como noctilucentes (luminosas por la noche, en latín), ya que sus cristales de hielo captan la luz menguante del Sol y así resplandecen más mientras el cielo se oscurece.
Se trata de fotografías que fueron tomadas por el aparato en marzo pasado para estudiar este tipo de formaciones de la atmósfera del planeta rojo, precisamente en el cráter Gale de Marte. Las nubes aparecieron a partir de fines de enero, cuando el observador robótico del cielo comenzó a documentar las tenues nubes ricas en hielo que dispersaban la luz del Sol en exhibiciones a veces coloridas.
"Los días nublados son raros en la atmósfera fina y seca de Marte. Las nubes se encuentran típicamente en el ecuador del planeta en la época más fría del año, cuando Marte es el más alejado del Sol en su órbita de forma ovalada. Pero hace un año marciano completo, dos años terrestres, los científicos notaron que se formaban nubes sobre el rover Curiosity de la NASA antes de lo esperado", anunciaron desde la cuenta del rover Curiosity de la NASA.
Este año, desde la agencia espacial estadounidense estaban listos para comenzar a documentar estas nubes "tempranas" desde el momento en que aparecieron por primera vez a fines de enero. El resultado son imágenes de tenues bocanadas llenas de cristales de hielo que dispersaban la luz del sol poniente, algunas de ellas relucientes de color, que ayudan a los científicos a comprender cómo se forman las nubes en Marte y por qué estas recientes son diferentes.
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A diferencia del nublado típico, con estructuras llenas de agua helada, que se moldea a unos 60 kilómetros de altura sobre la superficie marciana, este se encuentra más elevado y los especialistas están intentando establecer la altitud exacta puesto que aparecen mucho más altas que las nubes más conocidas.
La distinción puede reflejar una composición diferente, nubes de dióxido de carbono congelado o hielo seco, según la agencia, aunque los científicos aún no confían en esa explicación. Esta diferencia podría explicarse por la composición de nubes del planeta rojo: las corrientes constan de agua helada y es probable que las observadas recientemente estén hechas de dióxido de carbono congelado (hielo seco).