La rotación del núcleo interno de la Tierra se detuvo recientemente según un análisis comparado temporal de ondas sísmicas, que sugiere una variación multidecadal para este fenómeno. Es la conclusión de un nuevo estudio publicado en Nature Geoscience por Yi Yang y Xiaodong Song, del Instituto de Geofísica Teórica y Aplicada de la Universidad de Pekín.
Se cree que la rotación diferencial del núcleo interno de la Tierra con respecto al manto se produce bajo los efectos de la geodinámica sobre la dinámica del núcleo y el acoplamiento gravitatorio núcleo-manto. Esta rotación se dedujo a partir de los cambios temporales entre ondas sísmicas repetidas que deberían recorrer el mismo camino a través del núcleo interno.
Para esta nueva investigación, Yi Yang y Xiaodong Song analizaron ondas sísmicas repetidas de principios de los años '90 del siglo XX y los autores comprobaron que todas las trayectorias que anteriormente mostraban cambios temporales significativos mostraron pocos cambios durante la última década. Este patrón globalmente consistente sugiere -concluyen los autores- "que la rotación del núcleo interno terrestre se detuvo recientemente".
Los científicos compararon este patrón reciente con los registros sísmicos en las Islas Sandwich del Sur, en el Atlántico Sur, que se remontan a 1964 y parece estar asociado a un giro gradual del núcleo interno como parte de una oscilación de aproximadamente siete décadas, con otro punto de inflexión a principios de la década de 1970. En su opinión, esta periodicidad multidecadal coincide con cambios en otras observaciones geofísicas, especialmente la duración del día y el campo magnético.
Como conclusión, sostienen que estas observaciones aportan pruebas de interacciones dinámicas entre las capas de la Tierra, desde el interior más profundo hasta la superficie, debidas potencialmente al acoplamiento gravitatorio y al intercambio de momento angular desde el núcleo y el manto hasta la superficie.
- Con información de Europa Press.
Un cometa pasará cerca de la Tierra por primera vez en 50.000 años
El cometa "C/2022 E3 (ZTF)" volverá a cruzar el cielo terrestre tras una larga ausencia de 50.000 años, y podría ser incluso visto a simple vista a finales de enero, procedente de los confines del sistema solar, aseguraron los especialistas.
Es un pequeño cuerpo rocoso y helado, de un diámetro de apenas 1 km, descubierto en marzo de 2022 por el programa "Zwicky Transient Facility" (ZTF), que opera el telescopio Samuel-Oschin del Observatorio Palomar, en California.
Según preció la agencia AFP, el cuerpo fue detectado cuando pasaba por la órbita de Júpiter, y esta semana pasará cerca del Sol. Alcanzará su perihelio, es decir el punto más cercano al Sol, el 12 de enero, según los astrónomos, que pudieron calcular su trayectoria tras meses de observación.
Cuando un cometa se acerca al Sol, el hielo que contiene su núcleo pasa al estado gaseoso y suelta una larga cola que refleja la luz del astro rey. Este rastro brillante es lo que podrá observarse desde la Tierra, inicialmente en el hemisferio norte, a medida que "C/2022 E3 (ZTF)" se vaya acercando. El cometa brillará con todo su esplendor "cuando esté lo más cerca de la Tierra", explica Thomas Prince, profesor de Física del Instituto de Tecnología de California, que trabaja para ZTF. Será menos espectacular de todas maneras que Hale-Bopp (1997) o Neowise (2020), que eran mucho más grandes.
Con un buen par de anteojos, o incluso a simple vista, se podrá vislumbrar en la noche, a condición de que el cielo esté despejado, no haya contaminación lumínica y la luz de la Luna no perturbe. "A lo mejor tenemos suerte y será dos veces más brillante de lo previsto", aventuró el astrofísico Nicolas Biver, del Observatorio de París-PSL. Según informó AFP, la mejor ventana de observación será el fin de semana de los días 21 y 22 de enero, y la semana siguiente.