Un grupo de investigadores de la Universidad de Cambridge de Reino Unido, descubrió, en rocas recolectadas del cinturón supracrustal de Isua en el suroeste de Groenlandia, rastros químicos de los antiguos océanos de magma en una época en que la Tierra estaba casi completamente fundida. El estudio, publicado en la revista Science Advances, aporta información sobre un importante período de la formación de nuestro planeta.
Los científicos contemplan que durante la formación de la Tierra catastróficos habrían generado suficiente energía como para derretir el interior de nuestro planeta. Es el enfriamiento gradual y la cristalización de este océano de magma lo que establece la química y la arquitectura del interior de la Tierra, pero no se supo tanto sobre esto sino hasta el estudio de rocas que tienen entre 3.700 millones y 3.800 millones de años. A esto, los investigadores suman que algunas zonas aisladas en las profundidades del límite del núcleo del manto terrestre pueden haber permanecido inalteradas durante miles de millones de años.
Se cree que esa región de Groenlandia contiene las rocas más antiguas conocidas en nuestro planeta, que permanecen relativamente inalteradas por la tectónica de placas, el calor y las alteraciones químicas. El análisis químico de las rocas permitió descubrir que estas todavía conservan huellas químicas dejadas por este proceso de enfriamiento.
En este sentido, según Helen Williams, autora del proyecto "la química de otras rocas antiguas puede proporcionar más información sobre la formación y evolución de la Tierra, y eso es inmensamente emocionante".
La Tierra en estado fundido antes de ser sólida
Los hallazgos del equipo dirigido por Helen Williams, apoyan la teoría de larga data de que la Tierra alguna vez estuvo casi completamente fundida y arrojan luz a una época en la que el planeta comenzó a solidificarse y desarrollar la química de estructura interna. La investigación sugiere que otras rocas en la superficie de la Tierra también pueden preservar evidencia de océanos de magma antiguos.
"Hay pocas oportunidades de obtener datos geológicos sobre los acontecimientos de los primeros mil millones de años de la historia de la Tierra. Es asombroso que podamos tener estas rocas en nuestras manos, y más aún obtener tantos detalles sobre la historia temprana de nuestro planeta", destaca la autora principal, la doctora Helen Williams, del Departamento de Ciencias de la Tierra de Cambridge.
El estudio combina el análisis químico forense con el modelado termodinámico en busca de los orígenes primitivos de las rocas de Groenlandia y cómo llegaron a la superficie. Como resultado, se reveló que las rocas del cinturón supracrustal de Isua se derivaron de partes del interior de la Tierra que se formaron como consecuencia de la cristalización del océano de magma.