(Por Pablo Noguera).- Misiones se destaca por su profusa vegetación y gran cantidad de saltos de agua, con la particularidad de ser la única provincia rodeada en un 90% por países vecinos, y se posiciona cada vez más como un destino para quienes buscan vacacionar en medio de la naturaleza y refrescarse en sus cientos de balnearios
El principal atractivo misionero son las Cataratas del Iguazú -y el parque nacional al que dan el hombre-, declaradas Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco en 1984 y una las Nuevas 7 Maravillas naturales del mundo en 2011.
Las cataratas presentan más de 250 saltos de agua, siendo el principal La Garganta del Diablo, con 82 metros de altura.
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En el acceso al sector turístico del Parque Nacional Iguazú se encuentra el Tren Ecológico de la Selva, impulsado por electricidad o a gas licuado de petróleo, para su menor impacto en el ambiente y que atraviesa la selva hasta llegar a la entrada de los principales paseos.
El tren tiene vagones completamente abiertos que permiten despertar todos los sentidos en un paseo a través de la selva para respirar sus aromas, sentir la brisa refrescante y entrar en contacto con la naturaleza.
En el Parque existen más de 418 especies diferentes de aves, que conviven con animales como el yaguareté, peces, tortugas y monos caí.
La actividad turística en las Cataratas del Iguazú continúa creciendo en lo que va del 2022, por ejemplo en lo que va del mes de febrero la cantidad de visitantes ya supera los 100.000 y en lo que va del año ya son más de 270.000 los visitantes.
Otro de los atractivos de Misiones es el Parque Provincial Moconá, que alberga a los Saltos del Moconá (que todo lo traga, en idioma guaraní).
El mismo se encuentra dentro de la Reserva de la Biosfera Yabotí ("tortuga" en guaraní), en la región centro este de Misiones, en el Municipio de San Pedro, ocupando una superficie aproximada de 253.773 hectáreas.
Los Saltos del Moconá son unas cataratas que oscilan entre cinco y 10 m de altura, que interrumpen a lo largo de unos 3 kilómetros el curso del río Uruguay en la frontera entre Brasil y Argentina.
La particularidad de estas cataratas, o saltos, es que no son transversales al curso de las aguas como la mayoría de las cataratas, sino que son longitudinales.
Para verlos es necesario embarcarse en botes especialmente equipados y una travesía por senderos en los cuales se puede observar la flora y la fauna, descubriendo a cada paso cómo conviven armoniosamente mil formas de vida: árboles, arbustos, lianas, enredaderas y plantas junto a las aves, mamíferos, reptiles, peces y anfibios.
Pero Misiones no sólo es agua y naturaleza, además cuenta con un turismo religioso y rural.
La diversidad religiosa de la provincia es una de sus características y dentro de ella se destacan las Misiones Jesuíticas que entre los años 1609 y 1768 vivieron una de las más emocionantes historias de la humanidad.
Las mismas se dedicaron especialmente a la agricultura y la ganadería, hasta alcanzar un elevado nivel social y tecnológico.
Hoy se pueden apreciar las riquezas arqueológicas que dejaron, expresadas en su antiguas ciudades y conforman el Circuito Internacional de las Misiones Jesuíticas, con las reducciones de Santa Ana, Nuestra Señora de Loreto, San Ignacio Miní y Santa María la Mayor.
Iglesias, monumentos y festividades religiosas forman parte de diversos circuitos, así como lugares de peregrinación y devoción popular.
El turismo rural presenta al agroturismo, representado por agroecoturismo, agrocamping, cabalgatas y lodges, para que los visitantes pueda disfrutar de la cultura, gastronomía de campo, visitas a comunidades de pueblos originarios y tradiciones conservadas por los hijos de los inmigrantes.
Con información de Télam