Desde el jueves 13 hasta el viernes 21 de febrero, las Casas de la Provincia de Buenos Aires ofrecerán actividades de verano con espectáculos gratuitos para toda la familia. La iniciativa, impulsada por la Jefatura de Asesores del Gobernador y el Instituto Cultural de la provincia, busca acercar propuestas culturales a distintas localidades bonaerenses.
Los eventos se llevarán a cabo en los municipios de Zárate, Baradero, Villa Gesell, Colón, Castelli, General Lavalle, Carlos Casares, 25 de Mayo, General Belgrano, Pila, Saladillo y General Viamonte. Todas las funciones tendrán entrada libre y gratuita, con presentaciones de teatro, circo y clown para todas las edades.


El cronograma inicia el jueves 13 en Saladillo con la obra SHHHH! de la Compañía A Tope. El viernes 14, los espectáculos se trasladarán a General Belgrano, Baradero y General Lavalle, con funciones de El payaso soy yo y RuedanClowns. Durante el fin de semana, las actividades continuarán en Pila, Villa Gesell y Castelli, mientras que el lunes 17 en Carlos Casares se presentará ¿Qué pasaría si?.
El martes 18, 25 de Mayo disfrutará del show El payaso soy yo, y el miércoles 19, General Viamonte recibirá la obra ¿Qué pasaría si?. El jueves 20, Colón será sede de otra función de El payaso soy yo, y el viernes 21 finalizará la programación en Zárate.
Ruta Salamone: la curiosa historia detrás del circuito bonaerense
El paisaje bonaerense de casas bajas y largas extensiones de campo, se ve interrumpido de pronto por monumentales construcciones, que asombran al viajero desprevenido. Se trata de la obra vanguardística de Francisco Salamone (1897-1959), un singular arquitecto que edificó más de 70 obras en tan solo cuatro años, en 28 ciudades y pueblos de la Provincia de Buenos Aires. Por su osadía, monumentalismo y creatividad, su obra arquitectónica es recorrida por visitantes de todo el mundo, generando un circuito turístico que pone en valor a los pueblos del interior de la provincia.
La historia de Salamone y su vínculo con las localidades bonaerenses se remonta a principios del siglo pasado. Entre 1936 y 1940, el exgobernador de la provincia de Buenos Aires, Manuel Fresco, impulsó un ambicioso plan de obras públicas en los municipios, con el objetivo de reactivar la actividad económica, exaltar la gestión gubernamental y apuntalar sus aspiraciones presidenciales. En ese contexto, las administraciones locales comenzaron a contratar en forma directa a empresas de servicios y profesionales, entre los que se encontraba el talentoso arquitecto Francisco Salamone.
Nacido en un pequeño pueblo italiano, en el corazón de la isla de Sicilia, Salamone emigró a Argentina con tan solo 6 años de edad. Cursó la escuela pública y, en 1916, egresó de la Escuela Industrial de la Nación Otto Krause como Técnico Constructor, con notas sobresalientes. En 1920, Francisco se diplomó de Ingeniero Arquitecto en la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
Las obras encargadas a Salamone por parte de los municipios bonaerenses incluyeron palacios municipales, cementerios, mataderos, plazas, mercados, escuelas, luminarias y mobiliario urbano. Su prontitud, eficacia y originalidad alimentaron su popularidad en las distintas localidades bonaerenses, modificando para siempre su paisaje.
En la actualidad, existe una gran cantidad de publicaciones y registros fotográficos sobre sus construcciones monumentales, impulsadas tanto por los sectores académicos como por el público aficionado. Es importante destacar que su obra arquitectónica es reconocida como Patrimonio Cultural e Histórico de la provincia de Buenos Aires, gracias a la ley provincial 12854/02; y como Monumento Histórico Nacional, tras la firma del decreto 1138/14. Además, en 2013 la provincia creó los Centros de Interpretación Salamone en las localidades de Laprida, Azul y Saldungaray, con el objetivo de conservar, promover y difundir la obra del arquitecto ítalo-argentino tanto entre los turistas como en el público local.