El promedio de ocupación hotelera en Salta durante la Fiesta del Milagro fue del 70% de sus 27.000 plazas, con un impacto económico de $356.849.429 por la llegada de turistas de todo el país, informó hoy el Ministerio de Turismo y Deportes provincial.
Desde esa cartera consideraron que se trató de un buen nivel de ocupación, a pesar de que en el resto del país esos tres días fueron laborables, y aclararon que si bien el epicentro de la festividad es la ciudad de Salta, produce un derrame en los principales destinos turísticos sañteños.
Al margen de la celebración, destinos de los Valles Calchaquíes y del Valle de Lerma registraron en esas jornadas altas tasas de ocupación, producto de salteños que aprovecharon las jornadas no laborables y de turistas extranjeros y nacionales que por otras circunstancias eligieron a esta provincia como destino.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
Salta es una de las provincias con más alto grado de religiosidad, con un circuito único de iglesias, tanto en la ciudad capital como en el interior, muchas de ellas monumentos históricos, y las fiestas patronales son motivo de movilidad de turistas y fieles.
La Fiesta del Milagro, que trasciende las fronteras de la provincia, reúne a miles de turistas de la Argentina y de países de la región y concluyó ayer, con la tradicional procesión.
Tras dos años en los que la celebración debió ser modificada por la pandemia de coronavirus, la celebración volvió este año a la normalidad y los fieles pudieron participar de la procesión, que según fuentes policiales fueron unos 680.000.
El origen de la fiesta se remonta a la fundación de la ciudad de Salta, en 1582, cuando Fray Francisco de Victoria se comprometió a enviar la imagen del Cristo Crucificado a su templo mayor.
Diez años después, el cajón de madera que traía esa imagen, junto a otra de la Virgen María, cuyo destino era la ciudad de Córdoba, aparecieron flotando en el océano, frente al puerto del Callao, en Perú.
Desde allí, las imágenes fueron trasladadas a sus correspondientes destinos, y el Cristo permaneció cien años olvidado en la iglesia de Salta, hasta septiembre de 1692, cuando un terremoto provocó la desaparición de la ciudad de Esteco.
En esas circunstancias, la imagen del Cristo Crucificado salió en procesión y los movimientos telúricos cesaron, lo que fue considerado un milargo y dio origen a la Fiesta, que ayer cumplió 330 años.
Durante esta celebración, se destaca la llegada de miles de peregrinos, que este año fueron cerca de 100.000, que arribaron a pie, a caballo o en bicicleta desde la provincia de Salta y otros lugares del país, tras recorrer cientos de kilómetros durante días, como muestra de fe y agradecimiento.
Con información de Télam