Alerta en Mendoza: increíble hallazgo en la fauna acuática y crece la preocupación ambiental

Presentes en cigarrillos, ropa y cosméticos, se filtran hacia ríos y arroyos y se introducen en la cadena alimenticia que llega a los humanos.

18 de julio, 2024 | 09.29

Científicos y científicas del Instituto de Medicina y Biología Experimental de Cuyo (Imbecu), dependiente del Conicet, hallaron por primera vez microplásticos en el sistema digestivo de la fauna acuática que habita el Dique Potrerillos (Mendoza) y río arriba del dique. Según la ONU, cada año se producen más de 430 millones de toneladas de plástico en el mundo y los microplásticos son una de las consecuencias más peligrosas y duraderas de la crisis de contaminación que amenaza al planeta.

Los expertos indagaron la presencia de estos microplásticos en peces y cangrejos de ríos del dique mencionado; que embalsa las aguas del Río Mendoza, destinado a la producción de energía hidroeléctrica, el riego agrícola, el uso industrial para refinería de Luján de Cuyo y también se utiliza como reserva para consumo humano. Estos pequeños materiales pueden tener hasta 5 milímetros de diámetro y están presentes en artículos de uso cotidiano, como los cigarrillos, la ropa y los cosméticos. Llegan a los ríos y océanos a través de, por ejemplo, la descomposición de los desechos plásticos marinos, el drenaje de las cañerías y las fugas de las fábricas.

En diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ, el investigador del Imbecu que llevó adelante este estudio, Juan Manuel Ríos, relata: “El objetivo es monitorear la contaminación en varios ambientes del Río Mendoza. Para ello, capturamos algunos peces y cangrejos de río y evaluamos su tracto gastrointestinal y branquias”. El equipo sigue un protocolo con una digestión alcalina para eliminar toda la materia orgánica y luego, una sucesión de filtrados con mallas especiales y análisis bajo lupa para el conteo y resolución de posibles partículas de microplásticos.

El director del Laboratorio de Ecotoxicología del Imbecu explica: "Una vez separadas estas partículas se las identifica bajo la luz polarizada. Si brillan, es un indicador de posible plástico ya que este material tiene refringencia frente a la luz polarizada y luego se indaga sobre qué tipo de polímeros plásticos son”.

Cuando los microplásticos son ingeridos por la vida marina -como peces, aves, mamíferos y plantas-, provocan daños como la reducción de la ingesta de alimentos, la asfixia, los cambios de comportamiento y la alteración genética. Asimismo, al infiltrarse en la cadena alimenticia, llegan a los humanos a través de mariscos o, incluso, estos pueden inhalarlos del aire, ingerirlos del agua y absorberlos a través de productos para la piel.

Ejemplares de trucha marrón macho (arriba) y hembra (abajo) recolectados en el dique Potrerillos durante el invierno del 2023. Créditos: Unidiversidad / Juan Manuel Ríos.

 

Según la ONU, se han encontrado microplásticos en diversos órganos humanos, e incluso en la placenta de los recién nacidos.

Para Ríos, cómo afrontar la contaminación ambiental es la pregunta del millón. “La educación y concientización para los residentes y visitantes son el primer paso, pero también es imprescindible disminuir al máximo el uso de los envases plásticos en casa y hacer una correcta disposición final de los residuos”, reflexiona.

Asimismo, puesto que Mendoza es una ciudad turística, plantea que las personas podrían utilizar vestimenta de algodón o de lana y evitar así la sintética ya que “las fibras de este último se liberan muy fácilmente de la ropa a los ambientes. De hecho, la industria textil es una de las principales fuentes de contaminantes”, sentencia.

Con información de la Agencia de Noticias Científicas