¿Fin del cambio de hora en Estados Unidos?: cuál es la propuesta de Elon Musk

Estados Unidos ajusta sus relojes dos veces en el año, práctica que según el CEO de Tesla y el político debería eliminarse.

04 de diciembre, 2024 | 23.27

El cambio de hora, una práctica que implica ajustar los relojes dos veces al año, podría llegar a su fin en Estados Unidos. Elon Musk, CEO de Tesla y dueño de la red social X, junto con el empresario y político Vivek Ramaswamy, están promoviendo la eliminación de este sistema. 

La polémica iniciativa busca poner fin a un mecanismo que provoca descontento en millones de estadounidenses, quienes consideran que el ajuste de hora es una práctica obsoleta y perjudicial para la salud.

El rechazo a los cambios de hora

Cada primavera y otoño, los estadounidenses ajustan sus relojes, perdiendo una hora de sueño en la primavera y recuperándola en el otoño. Aunque este sistema fue implementado hace más de un siglo con fines de ahorro energético, hoy en día genera más molestias que beneficios. 

Musk y Ramaswamy manifestaron, según ellos, que los ciudadanos están cada vez más a favor de dejar atrás el cambio de hora. Esto quedó reflejado en una encuesta en línea en la que la mayoría de los participantes se mostró a favor de terminar con esta práctica.

El descontento con el cambio de hora no es algo nuevo. Años de investigaciones vincularon este ajuste con efectos negativos sobre la salud, como aumento de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, además de generar malestar por el cansancio acumulado, la interrupción del sueño y la confusión en los horarios. 

Las posturas divididas sobre los beneficios del horario de verano permanente y las implicaciones para la salud y la seguridad pública complican la implementación de un cambio.

Es en este contexto que Musk y Ramaswamy se unieron para que el tema ocupe un lugar central en la agenda de su Comisión de Eficiencia Gubernamental bajo la administración de Donald Trump.

Argumentos a favor de un horario de verano permanente

Una de las principales propuestas para acabar con el cambio de hora es adoptar un horario de verano permanente. Este modelo tendría como beneficio principal el aumento de horas de luz durante las tardes, lo que según algunos expertos podría generar una serie de ventajas. 

El senador por Massachusetts, Edward J. Markey, argumentó que más horas de luz permitirían a los estadounidenses aprovechar mejor el día, incentivando actividades al aire libre y, a su vez, promoviendo sectores económicos como el turismo y el comercio minorista.

Además, los defensores del horario de verano permanente sostienen que el ajuste de los relojes dos veces al año genera molestias innecesarias, como la desorientación en los horarios, la alteración del ciclo de sueño y los efectos negativos sobre la salud mental y física. 

Los que prefieren el horario estándar

Por su parte, no todos están de acuerdo con la idea de mantener el horario de verano durante todo el año. Algunos expertos y políticos se manifiestan a favor del horario estándar permanente, ya que lo consideran que está más alineado con los ritmos circadianos naturales del cuerpo humano. 

La especialista en medicina del sueño Lourdes DelRosso explica que los cambios de hora causan estrés innecesario en el organismo, lo que puede aumentar el riesgo de enfermedades graves, como los ataques al corazón y los trastornos metabólicos.

El debate está lejos de finalizar, y podría marcar un hito en la historia de las políticas gubernamentales sobre el tiempo.

Además, un horario de verano permanente podría generar problemas prácticos en ciertas regiones del país. Ciudades como Indianápolis y Detroit, ubicadas en el centro de Estados Unidos, experimentan amaneceres muy tardíos en invierno si se adopta este horario, lo que dificultaría la seguridad de los niños que esperan el autobús escolar y complicaría el inicio de actividades laborales y educativas.

El origen del cambio de hora en Estados Unidos

El cambio de hora en Estados Unidos tiene sus raíces en la Primera Guerra Mundial, cuando se implementó por primera vez como una medida de ahorro energético. La idea era aprovechar mejor la luz solar durante los meses de verano para reducir el consumo de electricidad. Aunque el sistema fue abandonado después de la guerra, resurgió durante la Segunda Guerra Mundial por razones similares.

En 1966, el Congreso aprobó la Ley de Tiempo Uniforme, que formalizó el horario de verano a nivel nacional. Desde entonces, el ajuste de hora se convirtió en una práctica fija, aunque permitiendo a los estados optar por no adoptarlo, como es el caso de Hawái y la mayor parte de Arizona.