Robots que ayudan a tratar el autismo: mucho más que un simple juguete

Nuevos estudios revelan claves sobre cómo las tecnologías de automatización con inteligencia artificial pueden impactar positivamente en la vida de personas con este trastorno.

21 de febrero, 2024 | 10.37

En un mundo que avanza rápidamente hacia la integración de la inteligencia artificial y la robótica en diversos aspectos de la vida, surge una pregunta importante: ¿puede la tecnología ser un recurso valioso para mejorar las interacciones sociales de las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA)? Según un estudio al que pudo acceder la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes, parece que sí, y los resultados son realmente sorprendentes.

El trabajo, liderado por investigadores de la Universidad de París y publicado en la revista Behavioral Science, muestra cómo la interacción con robots puede ser una herramienta beneficiosa para las personas con TEA.

El TEA, caracterizado por déficits en la comunicación, interacción social y patrones de comportamiento repetitivos, es objeto de investigación en la comunidad científica. Los desafíos asociados con esta condición pueden presentar barreras significativas en la vida cotidiana, desde entornos educativos hasta relaciones sociales.

En este contexto, un equipo de investigadores se propuso explorar el potencial de la interacción con robots como una estrategia para abordar algunos de estos desafíos. Los resultados publicados sugieren que esta forma de interacción podría ofrecer beneficios concretos, especialmente en el fomento de la comunicación y la interacción social entre individuos con TEA.

Siguiendo esta línea, una de las conclusiones más sorprendentes fue la sugerencia de que las personas con autismo podrían interactuar de manera más fácil con un compañero robot que con un compañero humano.

¿Por qué la interacción con robots es efectiva?

Los investigadores analizaron detalladamente los mecanismos subyacentes a estos resultados, explorando las razones detrás de la aparente preferencia de las personas con TEA por la interacción con robots. Entre las explicaciones propuestas se encuentran la previsibilidad y consistencia del comportamiento de los robots, así como la reducción de la ansiedad social asociada con las interacciones humanas.

Uno de los desafíos más significativos para algunos niños con autismo es la comunicación efectiva. En este sentido, estos robots actúan como compañeros de comunicación interactivos, utilizando ayudas visuales, síntesis de voz e indicaciones programadas para facilitar la participación y mejorar las habilidades comunicativas en un entorno cómodo y sin prejuicios. Además, proporcionan una plataforma única para practicar habilidades sociales en un entorno controlado, permitiendo a los niños relacionarse con robots en escenarios que imitan interacciones humanas y aprender respuestas y gestos apropiados.

Otro beneficio clave es el establecimiento de rutinas. Los niños autistas a menudo se benefician de entornos estructurados y previsibles, lo que crea una sensación de seguridad y estabilidad, reduciendo las crisis y la ansiedad. En ese sentido, los robots para el autismo pueden proporcionar esta estructura y ayudarlos a sentirse más seguros y cómodos en su entorno.

Además, se pueden programar para participar en juegos educativos y actividades adaptadas a los intereses y niveles de desarrollo, lo que hace que el aprendizaje sea divertido y efectivo.

Es importante destacar que esta tecnología no debe  utilizarse como único método de gestión, sino como complemento de otras estrategias. Es decir, no está destinada  a reemplazar a los terapeutas, sino a trabajar junto a ellos, proporcionando intervenciones específicas mientras los terapeutas supervisan el progreso y realizan ajustes necesarios.

Con todo, si bien los robots pueden ofrecer ciertas ventajas en términos de predictibilidad y facilitación de la interacción social, la conexión emocional y la empatía que los seres humanos pueden proporcionar siguen siendo invaluables.

 

 

Con información de la Agencia de Noticias Científicas