Sin salas llenas de ruido, sin luces de colores, sin las bebidas baratas traídas por mozos y mozas mal dormidos, sin la adrenalina que genera el ambiente libre de relojes y ventanas, pero con una novedosa ventaja: La gestión monetaria la hace un tercero por WhatsApp y podemos jugar desde la comodidad de nuestro hogar.
Los casinos virtuales no son una novedad, hay muchas páginas que tienen a disposición una plataforma para cargar dinero y apostar. Pero, a partir de la pandemia, hubo un enorme crecimiento de la oferta que llegó con una figura novedosa, la del intermediario en ciertas casas de apuestas: Ellos se hacen llamar “Cajeros y Cajeras”.
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Mediante estados de WhatsApp, en círculos de confianza, muchas personas se dedican a ser el nexo entre los apostadores y los administradores de distintos sitios que, vale la obvia aclaración, no cuentan con logos oficiales de lotería en su página.
En diálogo con El Destape, una de las Cajeras -que no quiso revelar su nombre-, explicó cómo es esta sorprendente fuente de trabajo que logró, en el peor momento económico de la pandemia, generarle un ingreso constante y tener independencia económica, sin jefes, sin horarios y desde la comodidad de su hogar, según afirmó.
La cajera, con una edad entre 35 y 40 años, relató que al no tener título secundario y sin la posibilidad de salir por las medidas sanitarias, leyó entre los estados de sus contactos en WhatsApp uno que le llamó la atención: “Se busca cajera”. Ya que conocía cómo era el sistema por haber jugado de vez en cuando, se contactó y comenzó a gestionar su propio negocio. “Buen día, ya estoy cargado”, es el anuncio que sube todos los días desde ese momento, a modo de “que comience el juego”.
“Yo no invierto ni invertí nada. Por ejemplo, digo a mi administradora que me cargue y compro fichas por $5.000 pesos. De esa suma gano el 25%, porque me encargan $7.500 pesos. Además, si de esos $7.500 pesos alguien saca un premio, gano el 10% del total”, explicó la cajera sobre el sistema.
Ante la pregunta obvia sobre quién es la persona con la que trabaja, si tiene relación con la página, si tiene relación con el dueño del negocio, respondió de forma lapidaria: “La verdad yo no conozco a la persona, pero me manejo muy bien con una ‘administradora’ -una persona que administra a las cajeras-, que tampoco conozco”.
Desde que comenzó con este trabajo, recordó, hubo “personas que llegaron a comprar 30.000 pesos, y se jugaron esa plata en un día”.
La forma de jugar es sencilla; la Cajera recibe el pago por la cantidad que el cliente quiere jugar (mínimo $500 pesos), se le crea un usuario, una contraseña -que en teoría solo saben los dos – y se le envía un enlace para ir a la página. Luego se elige a qué se quiere jugar y por cuánto.
En la web existen cientos de máquinas, ruletas, juegos de carta y hay apuestas de deportes en las distintas ligas del mundo. “A mí me conviene que no gane nadie sinceramente”, afirmó entre risas y consideró que entre las ventajas de esta modalidad se destaca que “las personas que juegan son conocidas, tienen confianza o los recomendaron. Hoy en día tengo 130 usuarios”. En cuanto a su ganancia, remarcó que, si bien nunca llevó una cuenta mensual, en una buena semana se saca “entre 40 o 50 lucas, un buen día puedo ganar 15 o 20 mil pesos”.
En esa línea, reflexionó: “representó una salida laboral, manejando mis tiempos, desde mí teléfono y desde casa. Pero hay que estar con el celular todo el día, hay veces que me duermo a las 5 de la mañana y me levanto a las 7, o a las 8, y ahí empiezo a cargar fichas porque la gente me envía el comprobante del pago. Muchos no esperan que pasen dos minutos y me llaman”.
“Tenés que tener cabeza, no es fácil. Manejás mucha plata todo el tiempo. Tenés que saber cómo manejarlo, a quién pagarle, no es fácil…”, concluyó.
El gancho para seguir con el dinero en formato virtual cargado en el usuario de la página es que para retirar y que la cajera mande una trasferencia, lo mínimo es $3.000 mil pesos. La función de las cajeras es la de atraer clientes, la de generar círculos de confianza en lo que pareciera ser una venta de cosméticos o cacerolas Essen. Pero la realidad, es que la motivación son las apuestas, el vértigo de las máquinas y el azar.
En el país las apuestas online están regularizadas en al menos 15 provincias, incluyendo Buenos Aires. En la actualidad hay una página que se dedica a analizar sitios de apuestas, además de dar recomendaciones, advertencias y explicar cuáles son los riesgos de depositar el dinero en plataformas no reconocidas. Si bien la decisión siempre será propia, se aconseja estar atento a posibles estafas.
Nobleza obliga: Este cronista, al momento de la finalización del artículo y entregado a la experiencia del juego virtual, perdió la suma de $500 pesos en las máquinas.