Este domingo, 8 de septiembre, la Iglesia Católica celebra la Natividad de la Virgen María, una de las trece festividades marianas más importantes. Según el Protoevangelio de Santiago, escrito en el siglo II, María fue concebida milagrosamente por Joaquín y Ana, quienes eran estériles y rezaron durante mucho tiempo por un hijo.
El ángel Gabriel anunció a María y Joaquín el nacimiento de la niña, quien estaba destinada a convertirse en la Madre del Salvador. Este hecho se considera fundamental en la Historia de la Salvación.
El nombre "Natividad" significa "nacimiento" y es un nombre femenino de origen latino. El Evangelio no brinda datos del nacimiento de María, pero hay varias tradiciones. Algunas, considerando a María descendiente de David, señalan su nacimiento en Belén. Otra corriente griega y armenia, señala Nazareth como cuna de María.
La Natividad de la Virgen María Se celebra el 8 de septiembre, nueve meses después de la dedicada a la Inmaculada Concepción de la Virgen, que se celebra el 8 de diciembre. En el siglo VII, la fiesta se celebraba por los bizantinos y en Roma como la fiesta del nacimiento de la Bienaventurada Virgen María y celebrada desde el papado de Sergio I. En el 722 el papa Gregorio II instituyó la vigilia de la Natividad de nuestra Señora. Y en 1243 Inocencio IV instituyó la octava.
Oración a la Natividad de la Virgen María
Padre Celestial, Tú has querido que en María
se reflejase tu amor.
¡Gracias por habernos dado una madre tan
perfecta! Ella es para nosotros una nueva
revelación de todos los tesoros de bondad
que se encuentran escondidos en tu corazón
paterno, nos muestras hasta que punto Tú
eres bueno y dulce en tu amor.
Con su ternura y su solicitud, ella nos
hace conocer el afecto delicado y vigilante
que te une a ti con nosotros, puesto que
toda la fuerza de tu amor materno desciende
a ella de tu corazón de Padre.
En María no hay nada que no le haya sido dado
expresamente por ti: ella trae a nosotros tú
imagen, nos hace descubrir tu rostro de amor.
Sin el consuelo de su presencia y la continuidad
de sus atenciones, nos faltaría una de las pruebas
más evidentes de que Tú estás continuamente cercano
a nosotros, para sostenernos, consolarnos, y
protegernos. Su mirada bondadosa y su inmensa piedad
para con los pecadores, como somos nosotros, nos
invitan a creer que tu misericordia es inconmensurable y
que no se deja vencer por la ingratitud y por la maldad.
María nos muestra cómo Tú nos amas y nos impulsa a
confiarnos completamente a tu amor.
¡Te damos gracias porque te agrada manifestarte y
darte a nosotros a través de ella! Amén.
Santoral del 8 de septiembre
- Nuestra Señora de Nuria
- San Adriano de Nicomedia
- San Corbiniano de Freising
- San Isaac de Armenia
- San Pedro de Chavanon
- San Sergio I papa
- Beato Adán Bargielski
- Beato Federico Ozanam
- Beato Ismael Escorihuela Esteve
- Beato Ladislao Bladzinski
- Beato Marino Blanes Giner
- Beato Pascual Fortuño Almela
- Beato Salvador Mollar Ventura
- Beata Serafina Sforza