Tiziano Gravier aceptó ir a un juicio abreviado para resolver la situación judicial con los dos jovenes que lo agredieron a la salida de un boliche en Rosario. Se trata de dos hombres identificados como Jesuán Ezequiel Monzón y Franco Ezequiel Zampini, de 26 y 27 años respectivamente, quienes quedaron detenidos e imputados por "lesiones dolosas graves" luego de presentarse voluntariamente en el Centro de Justicia Penal de Rosario. Actualmente, ambos se encuentran cumpliendo prisión preventiva por el plazo de 90 días.
Por su lado, el hijo de Valeria Mazza y Alejandro Gravier tuvo que ser sometido a varias cirugías ya que, como consecuencia del ataque, sufrió una fractura de mandíbula con desplazamiento.
Ahora, ambas partes llegaron a un acuerdo y firmarán un juicio abreviado que tendrá lugar en una audiencia que se realizará este miércoles a las 15 horas.
Curso en el INADI y prohibición de ir a boliches: cuál es la condena a los agresores
Según el acuerdo al que llegó la defensa, la querella y el Ministerio Público de la Acusación, los dos acusados recibirán la pena de 3 años de prisión de ejecución condicional. De esta forma, la aplicación de la pena se deja en suspenso mientras la persona condenada cumpla la condición que se le impone.
Como condición, Monzón y Zampini deberán hacer un curso en el INADI por discriminación, ya que, según determinó el fiscal, se refirieron en términos despectivos a Tiziano Gravier al llamarlo “tincho” antes de golpearlo. Además, tendrán que estar a disposición para acciones estatales o campañas anti discriminación.
A su vez, durante cuatro años no podrán pisar un boliche, consumir alcohol, acercarse o comunicarse con Tiziano. En caso de incumplir alguna de las pautas, el fiscal o la querella podrán pedir nuevamente el arresto de ambos.
“Nos pareció muy lógico llegar a un acuerdo con el juicio abreviado donde reconocieron el delito y aceptaron la pena máxima para ese delito. De esa manera, la justicia cierra el caso y ojalá pudieran actuar en todos los casos como han hecho en este”, aseguró Alejandro Gravier, el padre del joven, a Infobae. En paralelo, continúa la causa civil por daños y perjuicios, que aún se encuentra abierta.
Cómo fue el ataque a Tiziano Gravier
El ataque ocurrió en la madrugada del 5 de junio, cuando Tiziano Gravier junto a un hermano menor fue hasta un boliche del barrio Pichincha, de Rosario, para encontrarse con dos chicas "que conocía de otras ocasiones en Buenos Aires".
"Habían acordado un encuentro a la salida del boliche (con las chicas) y casi sin mediar palabras, porque en realidad le dijeron 'Tincho', una forma de estigmatizar a chicos de clase media alta, y luego lo golpearon", explicó el abogado de la familia Mazza, Germán Pugnaloni e indicó que "fue un hecho gravísimo, de una violencia lamentable; Tiziano no cruzó palabras con estas personas".
El hecho quedó grabado en las cámaras de seguridad de la zona y las imágenes se viralizaron a través de las redes sociales y los medios de comunicación. Horas después de los procedimientos policiales, Jesuán Ezequiel Monzón y Franco Ezequiel Zampini se entregaron ante el Ministerio Público de la Acusación.
Tiziano Gravier dio su relato sobre lo ocurrido: "Éramos un grupo de seis, la idea era salir un rato a pasarla bien y justo cuando decidimos volver, cruzamos la calle para salir y siento que de un lado alguien me dice “Ey, Tincho”, me doy vuelta y me como el golpe del otro lado. Los dos golpes. Ahí siento que van atacar a mi hermano y lo único que pienso es ir a sacarlo de esa situación, lo empujo y nos vamos corriendo. No tuve tiempo de pensar nada, ni de asustarme. Fue cien por ciento instintivo. Corrimos un par de cuadras hasta que me dice que no nos está siguiendo nadie. Yo ya sentía que tenía la mandíbula rota, escupía sangre y lo único que estaba pensando es ir al hospital. Y como no conocemos bien Rosario al toque llamamos a nuestros papás".
También contó qué le diría a sus agresores: "No tengo nada que decirles porque no es que tuvimos una discusión en la que estuvimos en desacuerdo y ahora me gustaría hablar para arreglar algo. Por lo que se habló públicamente, entiendo que están arrepentidos, que lo tomo, valoro y ojalá lo estén realmente, porque para estar arrepentido de algo, primero tenés que reconocer tu error. Si están arrepentidos de verdad, eso quiere decir que no lo van a hacer en el futuro y con eso me conformo, con que no le pase a otro. Estoy casi seguro que no me agredieron por ser hijo de, que le pudo haber tocado a cualquiera. Ojalá no pase más".
"Me gustaría que este caso se cierre y que el mensaje que quede claro es que si alguien actúa de esa manera va a tener sus consecuencias. Y ojalá que deje de pasar, o que pase cada vez menos", expresó a Teleshow.