El 10 de octubre, Antonia Ruiz se defendió de su agresor y ex pareja, Víctor Alalouf, quien la había golpeado y había intentado acuchillarla. Fue procesada por exceso en la legítima defensa, pero ahora la Justicia decidió revocar el procesamiento y disponer la falta de mérito, al entender que su accionar fue defenderse para salvar su vida de la violencia a la que era sometida por parte del agresor.
En un fallo de varias páginas, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional realizó un racconto de las denuncias por violencia de género que realizó Ruiz entre el 2017 y 2018 y de las cuales se desprende en la situación de vulnerabilidad y violencia en la que vivía y el peligro que significa que siguiera expuesta a esas situaciones.
A partir del 2020, por la pandemia de coronavirus, Ruiz pierde su fuente de ingreso, no puede seguir pagando el alquiler de la casa en la que vivía con sus hijos y se ve obligada a volver a la casa del agresor. Esos meses se convierten un calvario para ella y para los menores. El 10 de octubre, en medio de una pelea, la mujer intenta salvar su vida e hiere con un cuchillo a Alealouf y le produce heridas de gravedad. El agresor fue internado en el Hospital Argerich, en donde se encuentra recuperándose, pero Ruiz fue presa por “exceso de legítima defensa”.
Tras rever y aplicar una mirada con perspectiva de género en un caso de violencia doméstica, violencia psicológica, emocional, física y económica, para la Justicia “la imputada actuó en legítima defensa en el marco de un contexto de violencia de género”
“En ese entendimiento, la defensa realizó una síntesis del descargo de su asistida, en el marco del cual relató que sufría violencia por parte del damnificado desde hacía tiempo atrás, sumado a que tuvo que volver a convivir con él dado que por la situación de emergencia sanitaria se quedó sin trabajo y no logró pagar el alquiler de su vivienda. A la vez explicó que el día del hecho el imputado comenzó a golpearla y amenazarla mediante el uso del cuchillo secuestrado, por lo que la imputada actuó en el marco de una situación extrema por defender su vida”, se desprende del fallo.
Los hechos
“El damnificado la amenazó con un cuchillo luego de golpearla, lo cual se vio acreditado por las lesiones constatadas tras su detención; sobre la necesidad del medio empleado destacó que conforme explicó su asistida, fue Alalouf quien tenía el cuchillo previamente y que todo sucedió en cuestión de segundos por lo que fue el único elemento con el que podría haberse defendido”, detalla la Cámara sobre los hechos de ese día y establece la congruencia entre el relato de la denunciante y de las testigo (sus amigas y vecinas) que dan cuenta de las situaciones de violencia que sufría Ruiz y sus hijos.
Además, en el documento se aclara que luego de que se realizó un estudio psicológico se determinó que “si bien no surgieron elementos que permitieran inferir que no pudo comprender la criminalidad de su acto (Ruiz), se desprendieron acciones tendientes a salvaguardar su integridad, lo cual se condice con el relato de su ya mencionada amiga Busto”.
Para la defensa del agresor, la violencia era por parte de ambos, pero en una relación de violencia de género se da la asimetría de poder entre el agresor y la víctima. Según los estudios y los testimonios recabados, Ruiz no podía romper con ese círculo de violencia y se vio en la obligación de retornar a la casa Alalouf por depende económicamente de él.
“De los precedentes descriptos, podemos afirmar que no existió una auto-puesta en peligro por parte de Ruiz al retornar al domicilio de Alalouf, sino que su descargo se encuentra avalado en torno a que su situación económica le impidió continuar con el pago del alquiler del departamento en donde solía vivir con sus hijos y que no tuvo otra opción ante la inminente posibilidad de tener que vivir en la vía pública junto a sus hijos menores”, se explica en el fallo.
A eso se suma, el “riesgo al que se encuentra expuesta, tanto ella como sus hijos, en virtud del claro consumo problemático que padece el damnificado, lo cual no sólo se corroboró con los informes mencionados previamente sino al momento del procedimiento policial en donde se secuestró marihuana, como también que el caso no debe ser analizado como otro caso de legítima defensa, sino con los parámetros que exige el análisis con perspectiva de género”.
Tras aplicar una mirada con perspectiva de género, la Justicia dictaminó la inmediata liberación de Ruiz.