El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de la ciudad de Mar del Plata condenó a prisión perpetua por unanimidad al exsargento de la Policía Bonaerense Ricardo Panadero, el cuarto efectivo imputado por el abuso sexual y el asesinato de la adolescente de 15 años Natalia Melmann, ocurrido el 4 de febrero de 2001 en la localidad balnearia de Miramar. Los magistrados consideraron que "Panadero ha mentido en su declaración", dado que las pruebas que arrojó el juicio lo contradicen.
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Panadero fue acusado por el secuestro, la violación y el homicidio de la adolescente, y tanto la fiscal que intervino en el proceso y en la investigación como los abogados que representan a la familia de la víctima pidieron que sea condenado a prisión perpetua. Su defensa había solicitado la "libre absolución" del expolicía, quien ya resultó absuelto en un primer juicio, realizado en 2018.
Para la fiscal Ana María Caro, titular de la Unidad Funcional de Instrucción descentralizada de Miramar, a lo largo de este segundo juicio quedó acreditado que Panadero fue coautor de los delitos de "secuestro, abuso sexual y homicidio doblemente agravado, por el concurso premeditado de dos o más personas y por ser cometido para asegurarse la impunidad", por lo que pidió una pena de prisión perpetua.
La fiscal solicitó a los jueces que, aunque el femicidio no existía como agravante al momento del hecho, la prueba presentada en el debate oral y durante la investigación "sea valorada a través del prisma de la perspectiva de género". Entre los elementos incorporados en el juicio, Caro destacó el examen de ADN de un vello pubiano hallado en el cuerpo de la víctima, que arrojó una compatibilidad del 97,05 por ciento con el perfil genético de Panadero.
Subrayó en ese sentido el testimonio brindado por un perito oficial de parte de la acusación, quien sostuvo que existían "33 veces más probabilidades" de que la muestra analizada perteneciera al imputado que a otra persona de la población en general.
Tanto la calificación del hecho como el pedido de pena de la fiscalía fueron compartidos por los abogados Federico Paruolo y Yamil Castro Bianchi, representantes en calidad de particular damnificado de los padres de la víctima, Gustavo Melmann y Laura Calampuca.
Panadero llegó al juicio en libertad, y presenció todas las audiencias sin emitir ninguna declaración, y solo dijo al momento de sus últimas palabras ante el tribunal: "Que se haga justicia".
Panadero es el cuarto policía acusado por el crimen que conmocionó al país en la temporada de verano de 2001, y llegó a juicio imputado por "privación ilegítima de la libertad agravada por el uso de violencia, abuso sexual agravado por acceso carnal y por la participación de dos o más personas y homicidio agravado por la participación de dos o más personas y criminis causa".
Si bien había sido juzgado por primera vez en julio de 2018 y absuelto por unanimidad, la fiscalía y la familia de la adolescente apelaron ese fallo, y en noviembre de 2019 la Sala III del Tribunal de Casación Penal bonaerense lo anuló y ordenó la realización de un nuevo proceso.
El exsargento no formó parte del juicio en el que los otros tres policías acusados -Oscar Echenique (63), Ricardo Anselmini (55) y Ricardo Suárez (60)- fueron condenados a prisión perpetua, en septiembre de 2002, porque había sido sobreseído antes.
El crimen de Melmann ocurrió el 4 de febrero de 2001 y según se estableció en el juicio de 2002, la víctima fue obligada a subir a una camioneta policial y llevada a una casa en el extremo sur de Miramar, donde "fue accedida carnalmente" y luego, "con el inequívoco propósito de procurar la impunidad de la agresión sexual", fue estrangulada con un cordón de sus zapatillas y su cuerpo abandonado en el vivero Florentino Ameghino, donde fue hallado semienterrado cuatro días después.