¿Te cansaste de deslizar perfiles en Tinder sin encontrar a alguien que te cierre? Parece que no sos el único. En Argentina, cada vez más personas están dejando de lado las apps de citas y encontrando el amor en un lugar inesperado: la oficina. Según un estudio reciente de Bumeran, la app de empleos líder en Latinoamérica, el 53% de los argentinos confesó haberse enamorado en su lugar de trabajo ¿El amor está más cerca de lo que pensamos?
¿Por qué la oficina se convirtió en el nuevo Tinder?
Pasamos más tiempo en el trabajo que en cualquier otro lugar. Compartimos horas, proyectos, cafés y hasta frustraciones con nuestros compañeros. No es raro que, en ese contexto, surjan conexiones más profundas. El estudio reveló que el 77% de los argentinos que se enamoraron en la oficina aseguraron que sus sentimientos fueron correspondidos. Incluso, un 17% llegó a formar una familia con esa persona.
¿Qué tiene la oficina que la hace tan especial? Según Federico Barni, CEO de Jobint, "compartimos la mayor parte de nuestro día a día con las personas con las que trabajamos, más tiempo que con nuestras familias o amistades. Están ahí cuando nos pasa algo, cuando necesitamos un consejo, y cuando queremos celebrar".
El impacto de las relaciones laborales: ¿positivo o negativo?
Si bien el 55% de los encuestados aseguró que su relación laboral tuvo un efecto positivo en su vida (aumentando su motivación y brindándoles apoyo emocional), el 45% admitió que afectó negativamente su desempeño. Distracciones, rumores y problemas de productividad son algunos de los desafíos que enfrentan quienes se animan a mezclar el amor con el trabajo.
Pero, ¿qué pasa cuando la relación se mantiene en secreto? El 38% de los argentinos que vivieron un romance en la oficina lo hicieron a escondidas. Solo el 31% lo hizo completamente público. Esto refleja que, aunque las relaciones laborales son cada vez más comunes, todavía hay un estigma alrededor de ellas.
¿Qué dicen las empresas?
El 64% de los trabajadores argentinos afirmó que en sus empresas no existen políticas formales sobre relaciones amorosas. Solo el 7% mencionó que hay protocolos específicos o que deben informar a Recursos Humanos. Esto deja a muchos empleados en una zona gris. ¿Qué pasa si te enamorás de tu jefe o de alguien de tu equipo?
El 35% de los encuestados dijo que intentaría hablar con Recursos Humanos para buscar una solución, mientras que otro 35% respetaría las políticas de la empresa y no iniciaría la relación. Solo el 21% seguiría adelante, sin importar las reglas.
El lado oscuro del amor en la oficina
Aunque las relaciones laborales pueden ser positivas, también tienen su lado oscuro. El 23% de los encuestados afirmó haber sufrido acoso en su lugar de trabajo. De ese porcentaje, el 12% señaló que el acoso provino de compañeros, el 6% de un supervisor y el 4% de directivos.
Lo más preocupante es que el 80% de las víctimas no tomó ninguna acción, ya sea por falta de confianza o por miedo a represalias. Esto refleja una falta de protocolos claros en las empresas argentinas: el 75% no tiene políticas específicas sobre relaciones amorosas o acoso laboral.
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Consejos para manejar un romance en el trabajo
Si estás pensando en dar el paso con un compañero de oficina, tené en cuenta estos tips:
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Mantené la discreción: Al menos al principio, es mejor evitar mostrar demasiado en público. Esto te va a ayudar a evitar rumores y comentarios incómodos.
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Conocé las políticas de tu empresa: Aunque muchas no tienen normas claras, es importante saber si hay restricciones o protocolos que debas seguir.
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Comunicate con Recursos Humanos: Si la relación se vuelve seria, puede ser útil informar a RRHH para evitar malentendidos o conflictos.
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Separá lo personal de lo profesional: Tratá de no dejar que la relación afecte tu desempeño laboral o el de tu pareja.
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Cuidado con las relaciones de poder: Si uno de los dos tiene una posición jerárquica superior, esto puede generar conflictos de interés.
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¿Amor o problema?
En definitiva, enamorarse en el trabajo puede ser una experiencia emocionante, pero también conlleva sus desafíos. Mientras que para algunos significa motivación y apoyo, para otros puede convertirse en un dolor de cabeza. Lo importante es manejar la situación con responsabilidad y siempre priorizar el respeto y la profesionalidad.