De -3 grados a 26 en 5 días: qué es la "amplitud térmica" que atraviesa Argentina, cuánto dura y qué impacto tiene

En los últimos días de julio y primeros días de agosto, Argentina vivirá un evento de amplitud térmica, caracterizada por significativas diferencias de temperatura entre el inicio y el final de la semana. Aunque no es un evento climático en sí mismo,  especialistas hablan sobre a qué prestar atención frente a las oscilaciones térmicas y por qué suceden.

01 de agosto, 2024 | 00.05

Argentina y otros países de la región enfrentan una amplitud térmica, producto de las grandes diferencias entre las temperaturas máximas y mínimas en un corto período de tiempo. De heladas intensas al calor con altas temperaturas en pleno agosto, el país se encuentra en una de las semanas más inestables a nivel climático.

“Desde el fin de semana y a lo largo de los primeros días de la semana, heladas intensas se registraron en diversos puntos del país, desde el norte de la Patagonia hasta la zona centro. Estas bajas temperaturas fueron el resultado de la entrada de un frente frío combinado con altas presiones atmosféricas en el centro del país, que favorecieron un descenso aún mayor de las temperaturas nocturnas, dando lugar a heladas considerables”, comenta Cindy Fernández, meteoróloga y vocera del Servicio Meteorológico Nacional. 

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A medida que avanzaba la semana, las temperaturas comenzaron a subir paulatinamente. “Este ascenso se vio favorecido por la llegada de una masa de aire muy cálido, impulsada por vientos del norte, que trajo consigo días soleados y con poca nubosidad. Como resultado, se espera que las temperaturas alcancen entre 25 y 30 grados en la zona central de Argentina, y superen los 35 grados en el norte del país. Este calor afectará gran parte del territorio nacional, extendiéndose hasta el norte de la Patagonia”, señala Fernández.

Sin embargo, este aumento de temperatura será temporal. Para el sábado, se anticipa la llegada de un nuevo frente frío que provocará un descenso de las temperaturas, regresando a valores más típicos para la época del año. La vocera del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) aclaró que estas variaciones térmicas no están relacionadas con el cambio climático, sino que son fluctuaciones típicas de esta época del año. "El año pasado, para la misma semana, tuvimos una situación muy similar con temperaturas cercanas a los 28 grados en Capital Federal. Estas condiciones son normales y esperadas", señaló.

“Además, este evento de amplitud térmica no es exclusivo de Argentina, sino que también afecta a otros países de la región, como Uruguay, Brasil, Paraguay, Bolivia y Chile. Estos cambios de temperatura, aunque no ocurren simultáneamente en todo el mundo, son eventos comunes que se presentan periódicamente en diferentes regiones del planeta” concluye la especialista.

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“Los cambios bruscos de temperatura pueden tener un impacto significativo en nuestra salud. Adaptarse a ellos implica abrigarse adecuadamente cuando hace frío y reducir el abrigo cuando la temperatura aumenta. Esto resulta clave para mantener el equilibrio en la temperatura del cuerpo”, sostiene el Dr. Ramiro Heredia, médico clínico y editor del portal de salud INFOMED.



Las bajas temperaturas pueden afectar nuestra inmunidad, haciéndonos más susceptibles a enfermedades. "El aparato mucociliar, una especie de cinta transportadora en las vías respiratorias, funciona menos eficientemente en frío. Este sistema es responsable de transportar partículas de polvo, virus y otros contaminantes hacia la boca para ser eliminados. Cuando su eficiencia disminuye, aumenta el riesgo de que estos agentes lleguen a los pulmones” remarca Heredia.

Además, según el especialista, la inmunidad de las mucosas que actúa como la primera línea de defensa contra los microorganismos, también se ve comprometida en temperaturas bajas. “Ciertos virus, como los que causan resfriados y gripe, se reproducen mejor en ambientes fríos, lo que contribuye a una mayor incidencia de enfermedades respiratorias durante el otoño e invierno. Por eso, la capacidad de nuestro cuerpo para regular su temperatura es crucial para enfrentar las bajas temperaturas invernales. Adoptar medidas adecuadas, como usar varias capas de ropa, cubrir las vías respiratorias y mantener una dieta caliente, son esenciales para conservar el calor y proteger nuestra salud”, concluye el médico clínico.