A un año del inicio de la pandemia por coronavirus, el virus sigue golpeando a los diferentes países del mundo. El Ministerio de Salud de la Nación confirmó que se notificaron 184 muertes y 6.064 nuevos casos en las últimas 24 horas. Si bien los números se mantienen, no dejan de preocupar. Y en el medio, se dio la vuelta a las clases presenciales en los colegios de la Ciudad de Buenos Aires luego de que el Jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, remarcara que los chicos no podían seguir sin clases. Más allá de los protocolos, los más chicos son los que más sufrieron el cambio de rutina, sin ver a sus compañeros y amigos generando fuertes cambios de humor, trastornos en el sueño y hasta, en algunos casos, depresión.
Desde el Hospital de Clínicas informaron que durante todo el año pasado, donde las medidas sanitarias y restrictivas eran mayores, aumentaron las consultas debido a estos problemas tanto en niños como en adolescentes. Por eso dejan en claro que esta vuelta a clases significa recuperar, de a poco, la normalidad o algo parecido a ella. No obstante, los médicos remarcan que los distintos trastornos que padecieron dejarán secuelas y que, en muchos casos, deberán tratarse con ayuda profesional.
La doctora Fernanda Bellusci, especialista en pediatría y adolescencia del Hospital, explica lo que significó para los chicos el año sin clases presenciales y qué sucederá a partir del regreso a las aulas. "Hay un aumento en consultas porque muchos chicos han presentado serias dificultades para conciliar el sueño, los cambios de horario y en algunos casos depresión. Es importante que los papás tengan en cuenta que se cuenta con diferentes servicios especializados en pediatría y especializados en adolescencia a lo largo de todo el país con servicios interdisciplinarios así que ante las dudas de estar observando algo que le llame la atención bueno siempre es bueno consultar y asesorarse con profesionales idóneos", expresó.
Al mismo tiempo, la médica destacó que "el ser humano es un ser sociable" y por esa razón, la interacción con otras personas es clave para el desarrollo total y pleno. Especialmente, en esas edades tan tempranas. "Esta socialización es una de las bases del desarrollo y la maduración de los niños y adolescentes. El ser consciente de la presencia del otro, de la mirada del otro, siempre nos enriquece, lo presencial suma. Esta parte de la vida de todos se vio modificada con la pandemia. Resalto la palabra modificada porque en cada una de las escuelas, en la medida de las posibilidades, trataron de mantener con clases virtuales desde nivel inicial hasta el último año del secundario esta interacción y el aprendizaje”, explica Bellusci.
Más allá de esto, ¿quiénes sufrieron más el hecho de que no hubiera clases presenciales? Y ante la consulta, la doctora especializada en pediatría no tuvo dudas. "Definitivamente en los chicos que terminaba en el último año del secundario y han sido los más afectados por esto, porque es el último año en que vos estabas en contacto haciendo actividades en conjunto y presenciales con tus amigos y todo eso se puso en pausa. Para los chicos que egresaron ya no se puede recuperar lo perdido”, manifestó.
El año pasado, por ejemplo, se realizó una encuesta a través de Unicef Argentina sobre percepción y actitudes de la población por el impacto de la pandemia y las medidas adoptadas por el Gobierno sobre la vida cotidiana de niñas, niños y adolescentes: entre abril y julio creció en un 70% el número de adolescentes que manifestaron estar angustiados, el 25% dijo estar asustado y un 78% comentaron sentirse deprimidos. Además, según la encuesta, lo que más les costó de la cuarentena a 7 de cada 10 adolescentes fue no ver a sus amigos; un 51% señaló el hecho de no poder salir, para el 38% lo peor era no poder ir a la escuela y otro 38%, el simple hecho de estar encerrado.
A su vez, Bellusci recalca la importancia del regreso a clases para la relación de los chicos con los padres. "Desde lo familiar se vuelve a recuperar un poco más la autonomía, la independencia de cada uno de los miembros de la familia", expresó. Y también remarcó: "Los adultos va a poder volver a estar un poco más enfocados en su trabajo que durante toda la el confinamiento tuvieron que barajar entre atender a los hijos al mismo tiempo que estar trabajando. Desde el lugar de los chicos volver a tener sus espacios personales en sus actividades y en su relación con sus pares con más intimidad".
Para cerrar, la pediatra dijo que es imposible hacer una generalización sobre si les va a costar o no el regreso a las aulas. Pero opinó: "En el caso de los niños de nivel inicial, que comenzaban el proceso de socialización, puede ser que en algunos casos tengan un pequeño retroceso. Los que ya están socializados están con muchísimas ansias de volver a estar con sus amigos, de interactuar con ellos, con lo cual la adaptación no va a ser necesaria o sea va a ser un reencuentro". Y sentenció: "En el caso de los docentes seguramente va a haber que trabajar el tema de volver a estar en presencia del grupo, trabajar la cuestión de la cercanía física”.