El 12 de mayo es el Día Mundial de la Fibromialgia, una jornada dedicada a la concienciación sobre una enfermedad crónica y multifacética que afecta a millones de personas en todo el mundo. La fibromialgia es un síndrome complejo caracterizado por el dolor muscular generalizado, acompañado de una amplia gama de síntomas que van desde la fatiga y la ansiedad hasta trastornos del sueño y cefaleas.
Durante la pandemia de Covid-19, los desafíos enfrentados por quienes padecen esta enfermedad se vieron agravados, ya que el estrés adicional puede exacerbar los síntomas y complicar aún más su manejo. La fibromialgia afecta principalmente a mujeres jóvenes y se caracteriza por una evolución crónica, con períodos de actividad y remisión que pueden variar en intensidad y duración.
Qué es esta enfermedad crónica
Aunque la causa exacta de la fibromialgia aún no se comprende completamente, se cree que está relacionada con un proceso de sensibilización central en el sistema nervioso, que resulta en una mayor sensibilidad al dolor y una percepción anormal del mismo. Los síntomas más comunes de la fibromialgia incluyen dolor muscular difuso de larga duración, fatiga persistente, trastornos del estado de ánimo como la ansiedad y la depresión, problemas de sueño como el insomnio y la falta de sueño reparador, cefaleas, trastornos gastrointestinales y dificultades de memoria y concentración.
Estos síntomas pueden ser debilitantes y tener un impacto significativo en la calidad de vida de quienes los experimentan. El diagnóstico de la fibromialgia se basa principalmente en los síntomas clínicos, ya que no existen pruebas de laboratorio o imágenes específicas que puedan confirmarlo. Sin embargo, es importante descartar otras enfermedades que pueden presentar síntomas similares, como la artritis reumatoide, el lupus eritematoso sistémico y el hipotiroidismo.
Cómo se trata
El tratamiento de la fibromialgia suele requerir un enfoque multidisciplinario, que puede incluir tanto tratamientos farmacológicos como no farmacológicos. Los medicamentos utilizados para tratar la fibromialgia incluyen antidepresivos, analgésicos y anticonvulsivos, que buscan aliviar el dolor y mejorar la calidad del sueño. Además, se recomienda la realización de actividad física aeróbica suave, apoyo psicológico, acupuntura y otras terapias complementarias para ayudar a manejar los síntomas y mejorar la calidad de vida.
Aunque la fibromialgia puede ser una enfermedad desafiante de manejar, el pronóstico generalmente es bueno y raramente deja secuelas permanentes. Con el apoyo adecuado y un enfoque integral del tratamiento, muchas personas pueden aprender a manejar sus síntomas y llevar una vida plena y activa a pesar de la enfermedad.