La ataxia es la repentina incapacidad de poder coordinar los movimientos voluntarios lo que genera una alteración en su velocidad y precisión que también afecta a varias extremidades y por supuesto al habla. Su diagnóstico es clínico y se basa en el análisis riguroso de los síntomas que se presentan en un paciente. Cómo realizar su tratamiento.
Qué es la ataxia
Durante el momento del diagnóstico, los especialistas realizan una exploración neurológica para poder presenciar la coordinación de los movimiento y también la marcha, los mismos afectan los efectos involuntarios dentro de los cuales se reconocen los siguientes:
- Inestabilidad al caminar generada por el apoyo de la base durante la marcha. en casos complejos puede afectar complicaciones incluso para permanecer sentado. .
- Incoordinación de los movimientos voluntarios en brazos y piernas, que se produce durante el momento de la realización de los movimientos. En algunos casos se presenta temblor.
- Alteración de habla con dificultad para la articulación, respiración y el poder controlar el volumen de la voz.
- Por último, la alteración en los ojos que puede provocar diplopía.
¿Cuáles son las causas de la ataxia?
Puede ser el síntoma inicial o probablemente la evolución de una enfermedad. Es importante tener en cuenta que al igual que los signos puede transcurrir al mismo tiempo.
Las causas adquiridas
- Metabólicas, nutricionales y toxicas: que son generadas por malabsorción, fármacos, hipotiroidismo y alcoholismo.
- De origen inmunológico: en este sentido hay que diferenciar entre aquellas en las cuales la diana autoinmune es el cerebelo y por supuesto en las que esta autoinmunidad aparece en el sistema nervioso central.
- Las producidas por lesiones estructurales: con consecuencias en el cerebelo o en algunas de sus conexiones nerviosas.
- Las degenerativas: que pueden estar relacionadas con la atrofia multisistémica.
Las causas hereditarias
Estas se generan a partir de un patrón de herencia en donde se perciben autosómicas y dominantes, recesivas, ligadas a los cromosomas y por supuesto las que están relacionadas con enfermedades mitocondriales.
En la mayoría de casos, los síntomas conducen a una progresiva perdida de la ambulación en al menos 15 años. Se debe tener presente que otras causas pueden incluir alteraciones en los movimientos oculares, involuntarios, junto a un deterioro mental, alteración piramidal y la aparición de crisis epilépticas.
Cómo se diagnóstica la ataxia
Como anteriormente se remarcó, este diagnóstico es netamente clínico y está basado en el análisis de los signos y síntomas que tiene cada paciente. Por ello, se deberá realizar una historia clínica con la intención de conocer los antecedentes familiares y personales.
En la exploración neurológica se debe enfocar la exploración de movimientos oculares y por supuesto la coordinación de movimientos. En medio de este proceso se debe comprobar si existen alteraciones en el sistema nervioso central y el cerebelo.
Cuál es el tratamiento
Dependiendo de su origen, el tratamiento cambia. En algunos pacientes las intervenciones específicas se puede realizar un proceso quirúrgico o quimioterápico y también con el uso de fármacos.
Estas medidas con complementadas con neuroreahabilitador totalmente dirigido a los síntomas que aparecen en cada persona. Las ataxias hereditarias pueden tener un mayor beneficios con estos tratamientos rehabilitadores.