El Ministerio de Salud de la Nación presentó los datos de estadísticas vitales de 2021 (https://bancos.salud.gob.ar/recurso/estadisticas-vitales-informacion-basica-argentina-ano-2021) y un informe sobre exceso de mortalidad basado en estos datos (https://bancos.salud.gob.ar/recurso/informe-exceso-de-mortalidad-en-argentina-anos-2020-2021). De allí se desprende que el exceso de mortalidad en Argentina fue ese año del 26,3%. Y si se toma en cuenta el bienio 2020-2021, el exceso de mortalidad fue del 18,2%, uno de los registros más bajos de América Latina.
El exceso de mortalidad es una metodología que compara el número total de muertes esperadas, de acuerdo a un promedio de años anteriores (en el caso de Argentina, 2015-2019), con las muertes efectivas que ocurren durante una crisis (epidemia, pandemia, catástrofe) en un período y lugar determinado. Si las muertes contabilizadas resultan más que las esperadas, se considera que hubo exceso de mortalidad; cuanto mayor sea este índice, más grave puede considerarse el impacto de la pandemia. Este indicador incluye tanto las muertes por Covid-19 como a aquellas vinculadas directamente con la pandemia, aunque no sean por el coronavirus, como por el desborde del sistema de salud, problemas de acceso a la prevención y tratamientos de otras condiciones de salud, entre otros.
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En ese sentido, el informe puntualiza que en 2021 la mortalidad estuvo un 26,3 por ciento por encima de lo esperado, lo que corresponde a 89.895 muertes en exceso. El mayor exceso de mortalidad tuvo lugar en el primer semestre, cuando se produjo la segunda ola de Covid-19 por la introducción de variantes de mayor transmisibilidad y gravedad (principalmente Gamma).
El exceso de mortalidad registrado en 2021 en Argentina fue sensiblemente más bajo que la mayoría de los países de la región, como Brasil (34,3%), Ecuador (35,3%), México (42,6%), Colombia (44,2%), Paraguay (55,2%), Bolivia (57,9%) y Perú (60,9%), según los datos de Our World in Data (que recopila información de fuentes oficiales). Esto se debe en gran medida a la campaña de vacunación masiva, que en el primer semestre había alcanzado con al menos una dosis de vacunas seguras y muy efectivas para prevenir muertes a cerca del 40% de la población total, y más del 80% de los mayores de 50 años.
Al tomar en consideración los dos años de pandemia, el exceso de mortalidad registrado en nuestro país disminuye al 18,2 por ciento. En ese caso, el exceso de mortalidad registrado en Argentina es apenas superior al de Chile (17,3%) y sigue siendo significativamente más bajo que el alcanzado por otros países de América latina, como Brasil (24,3%), Paraguay (31,8%), Colombia (32,9%), México (41,1%), Ecuador (43,9%), Bolivia (50,1%) y Perú (55,3%)1.
Para calcular el exceso de mortalidad no se utilizan los datos del Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud (SNVS), sino los de las estadísticas vitales, obtenidos de los certificados de defunción, enviados anualmente por las jurisdicciones. “Se trata de un registro exhaustivo, que requiere más tiempo que el SNVS para su consolidación, pero tiene la ventaja de analizar todas las muertes ocurridas y sus causas”, explicó la directora de Epidemiología e Información Estratégica, Analía Rearte.
Por eso, es esperable que se encuentren diferencias en la comparación retrospectiva de las estadísticas vitales y el SNVS, cuya mayor o menor magnitud se relaciona en forma directa con la capacidad que haya tenido el sistema de vigilancia para captar los casos en tiempo real y con la calidad de cada uno de los registros.
En ese marco, Rearte deestacó la capacidad del SNVS de identificar y registrar las muertes por Covid durante la pandemia, ya que el exceso registrado a través del sistema de estadísticas vitales (con los datos de los certificados de defunción) coincide en gran medida con el número de fallecimientos por Covid-19 reportadas al SNVS.
El subregistro existió en todo el mundo y se considera que fue una de las principales debilidades durante la pandemia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que el número total de muertes por Covid-19 sería tres veces mayor a las reportadas por cada país (https://www.thelancet.com/article/S0140-6736(21)02796-3/fulltext).
La Argentina presentó un subregistro de apenas 20% (razón de 1,2), mientras que según datos publicados en una revisión sistemática, naciones como Japón tuvieron una razón de 6 (500% más muertes que las registradas por su sistema de vigilancia); Finlandia, 5 (400%); México, 2 (100% más); Italia 1,9 (90%), y España y Uruguay, 1,6 (60%).3
Mortalidad materna
De acuerdo con los datos de estadísticas vitales, durante 2021, al igual que otros países de la región (como Uruguay, Chile, Brasil, Colombia, Ecuador o México, el Covid-19 fue la primera causa de mortalidad en los grupos de edad de 25 a 74 años, a pesar de que en términos absolutos el número de fallecidos fue bajo en las franjas etarias más jóvenes.
A su vez, el virus SARS-CoV-2 fue la segunda causa de muerte en las personas mayores de 74 años (por detrás de las enfermedades cardiovasculares). En relación con la tasa de mortalidad, las muertes por Coviud-19 afectaron a los grupos etarios de edad más avanzada; en especial, a los mayores de 55 años.
El impacto de la pandemia también se observó en el aumento de la mortalidad materna. En 2021 la tasa de mortalidad materna fue de 7,4 por cada 10.000 nacidos vivos, mientras que en 2020 había sido de 4,1 (casi la duplicó). De las 393 muertes maternas registradas en ese año, 220 corresponden a personas gestantes que fallecieron debido a Covid-19 durante el embarazo, parto o puerperio.
Cuando se desagregan los datos, se observa que el incremento de la tasa de mortalidad materna se explica principalmente por la COVID-19 dentro de las llamadas causas obstétricas indirectas. En cambio, las defunciones maternas por causa directa (complicaciones obstétricas en el embarazo, parto o puerperio) se redujeron con respecto a 2020.
El 56% de las muertes maternas totales registradas en el 2021 se debieron a Covid-19 (80% de muertes maternas de causa indirecta). En tanto, mientras en 2020 se identificaron 37 muertes por esta enfermedad, en 2021 se registraron 220.