El verano conlleva la promesa de días soleados y actividades al aire libre, pero también trae consigo el riesgo de padecer trastornos por calor, siendo las insolaciones y los golpes de calor dos de los más comunes. ¿Cómo reconocer los síntomas y qué hacer cuando estuviste demasiadas horas bajo el sol? Acá te presentamos información clave para protegerte y actuar de manera eficiente.
Síntomas de la insolación
Los síntomas de la insolación pueden variar en intensidad, pero algunos de los signos más comunes incluyen:
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Cara congestionada: un enrojecimiento evidente en la piel puede ser un indicio de exposición excesiva al sol.
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Dolor de cabeza: la presión en la cabeza puede ser un síntoma precoz de que el calor está afectando tu organismo.
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Sensación de agotamiento: la fatiga extrema es común en casos de insolación, ya que el cuerpo trabaja arduamente para regular la temperatura interna.
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Sensación de sed: la deshidratación es un componente clave de la insolación, por lo que sentir sed puede ser un síntoma temprano.
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Calambres musculares: pueden presentarse calambres en las extremidades y el abdomen debido a la pérdida de sales minerales por la sudoración excesiva.
Diferencias entre insolación y golpe de calor
Es esencial distinguir entre insolación y golpe de calor, ya que este último es más grave y puede tener consecuencias peligrosas. Mientras que en la insolación se experimenta sudoración abundante, en el golpe de calor, la sudoración cesa y la piel se torna seca, caliente y enrojecida. Otros síntomas más severos incluyen mareos, nauseas, vómitos, pulso fuerte e irregular, respiración acelerada y ruidosa, y un aumento considerable de la temperatura corporal.
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Cómo prevenir un golpe de calor
La prevención es clave para evitar complicaciones. Según los especialistas estos son los consejos para prevenir un golpe de calor:
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Evitar la exposición directa al sol: especialmente durante las horas centrales del día, cuando la radiación es más intensa. Utilizá cremas de protección solar para resguardar tu piel.
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No quedarse en lugares cerrados: evitá permanecer en sitios como el interior de un automóvil, donde la temperatura puede aumentar drásticamente.
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Vestir ropa adecuada y ligera: optá por prendas frescas y de colores claros que reflejen la luz solar.
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Beber abundantes líquidos: mantené una hidratación constante, pero sin forzar el consumo excesivo de líquidos.
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Evitar alcohol y cafeína: estas sustancias pueden contribuir a la deshidratación, por lo que es recomendable limitar su ingesta.
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Utilizar ventiladores y ventilar el hogar: ayudá a mantener un ambiente fresco y circulación de aire.
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Mojarse o bañarse: un baño refrescante o mojarse con agua puede ser una medida efectiva para reducir la temperatura corporal.
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Reducir actividad física en horas cálidas: evitá realizar actividades físicas intensas durante las horas más calurosas del día.
Qué hacer ante un golpe de calor
Si sospechás que alguien está experimentando un golpe de calor, la intervención rápida es esencial. Los especialistas advierten que hay que llevarle al servicio de urgencias más próximo. Mientras esperás ayuda médica, intentá reducir la temperatura corporal de la persona afectada utilizando paños empapados en agua fría, ventiladores o ubicándola en un lugar más fresco.