Dolor de pecho: causas y qué significa

24 de mayo, 2023 | 11.15

¿A quién no le alarma sentir dolor de pecho? Siempre que escuchamos hablar de ello pensamos en infartos. Nos reflejamos en la típica escena de cine donde el actor se toma el pecho y cae al piso.

Si bien es cierto que esto sucede, no es el único motivo por el que podés experimentar molestias en la zona. A veces el desconocimiento puede empeorar situaciones que no implican un gran riesgo.

Por eso creemos necesario que conozcas estas diversas causas de dolor de pecho. Saber diferenciar qué sucede en tu cuerpo te dará la posibilidad de actuar correctamente hasta contactar a un médico.

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Causas del dolor de pecho

El dolor en el pecho debe ser tomado siempre como un aviso, más allá de sus causas, intensidades o formas. Conocer las mismas va a servirnos para no alertarnos exageradamente y actuar con prudencia.

Las causas son relativas y pueden variar advirtiéndonos tanto de afecciones leves como de otras muy graves. Desde un simple reflujo gástrico hasta un infarto pueden ser expresadas mediante el dolor pectoral.

Entonces, ¿es algo serio sentir dolor en el pecho? la respuesta es siempre sí. Pero no siempre de la misma gravedad. Por eso intentaremos aclarar cómo reconocer qué malestares están relacionados con qué situación o afección.

El dolor de pecho debe ser siempre tomado como un aviso importante, pero no se debe entrar en pánico si queremos actuar correctamente.

 

De más está decir que, más allá de que sepamos reconocer ciertos malestares, siempre debemos acudir a un profesional. No hay manera de auto diagnosticar con precisión el dolor de pecho basándose solo en los síntomas.

 

Aclarado lo anterior, pasemos a ver las más comunes formas y causas de dolor pectoral. ¿Sentiste alguno de estos malestares alguna vez?

Acidez

Empezaremos por uno de los dolores más comunes y más leves, que es el reflujo gástrico. Generalmente conocido como acidez.

La acidez ocurre cuando el contenido que se encuentra en el estómago, generalmente luego de comer, regresa al esófago. Al suceder durante el proceso de digestión, llegan al esófago también los ácidos del estómago.

Estos ácidos son naturales y no indican un problema, pero sólo el estómago está preparado para soportarlos. Nuestro esófago no posee las mismas protecciones en sus tejidos, y por eso sentimos quemazón, ardor o pinchazos.

El esófago está posicionado justo detrás de nuestro esternón, donde sentimos el dolor. Dependiendo de la cantidad de reflujo será el dolor más o menos intenso y confuso.

Si bien este tipo de dolor es muy común y no suele indicar una emergencia, no hay que pasarlo por alto. Generalmente se debe a algo muy graso que consumimos. 

Pero si la acidez es frecuente, pasamos a otra situación. De no tratarse de manera correspondiente puede llevar a algunas afecciones crónicas.  

Algunos dolores de pecho también están relacionados, en menor medida, con problemas hepáticos, úlceras o cálculos biliares.

Angina

En el caso de la angina, el dolor de pecho es mucho más conciso. Lo más común en estos casos es sentir una sensación de opresión en el pecho. A veces, también, tensión. El dolor también puede irradiarse hasta la mandíbula.

El dolor de la angina es repentino y dura relativamente poco tiempo, pero es igualmente notable. Suele ser un síntoma de cardiopatía coronaria, por lo que es un factor de riesgo para un ataque cardíaco.

 

 

Esta afección ocurre cuando las arterias se obstruyen y el corazón no recibe la cantidad de sangre oxigenada necesaria. Según la gravedad, se puede tratar mediante cambios en el estilo de vida, medicamentos, angioplastia o cirugía.

Ataque del corazón

En el caso de un ataque al corazón, el dolor se presenta de manera similar al de la angina. La diferencia es que es mucho más intenso y perdura. Además, en el infarto la obstrucción es tal que parte del tejido muere.

La causa aquí también es una obstrucción que no permite llegar la sangre al corazón. Estos casos son de extrema urgencia médica.

El dolor muy fuerte de pecho puede suponer un infarto. En esos casos se requiere extrema urgencia médica.

Si bien posiblemente no seamos expertos, los malestares y dolores son muy específicos. Se siente una presión muy fuerte en el pecho que dura varios minutos.

También se puede sentir que el dolor  se irradia al hombro, cuello, brazos, espalda o mandíbula. Además, en algunos casos, puede generar náuseas, mareos o falta de aliento.

Si se trata de personas con factores de riesgo cardiovascular, obesidad o diabetes, deben estar atentas a nuevos dolores. En estos casos hay más probabilidades de sufrir ataques cardíacos.

Ataque de pánico

Hablamos de problemas gástricos y cardíacos que pueden generar dolor de pecho, pero no termina ahí. El dolor pectoral también puede provenir de un ataque de pánico.

¿Qué es un ataque de pánico? Es una sensación descontrolada de riesgo, temor o extrema ansiedad por un riesgo aparente pero no real. Puede provenir de algún trauma del pasado o reciente que despierte esa sensación.

 

Al ocurrir uno de estos ataques, se siente asfixia y eso deriva en la sensación de opresión en el pecho. Muchas de las personas que lo experimentan, suelen creer que se trata de un ataque cardíaco.

Además suelen sentirse palpitaciones y sudoración repentina. Cabe aclarar que ocurren de manera repentina en situaciones cotidianas. Pueden ser resultado, también, de un momento de muy alto estrés.

Es particular de estos ataques sentirse cerca de la muerte. Por ello es que es tan confuso el episodio. Sin embargo, si tan sólo fue esta patología, los malestares en tu pecho no deberían persistir.

Si crees que sufriste un ataque de pánico, es muy recomendable que visites un médico. Es importante descartar cualquier problema físico con tu corazón, como también que recibas ayuda para tu salud mental.

Contractura muscular

Por supuesto que también poseemos músculos en la zona pectoral. Es posible que el dolor que sintamos provenga de una fatiga, herida o distensión de alguno de ellos.

Puede sonar absurdo, pero muchas personas desesperan al mínimo dolor de pecho por asimilarlo al infarto. Sin embargo, siempre es preferible consultar a un especialista y obtener una anécdota graciosa, que dejarse estar sin saber.

Muchas veces ocurre que hacemos algún movimiento o esfuerzo poco común y al otro día nos “aparece” un dolor desconocido. Lo importante es estar atento al síntoma y, como dijimos, realizar la consulta correspondiente.

Dolor torácico pleurítico

El dolor de pecho puede tener varias causas pulmonares. Sucede que los pulmones y el corazón están ubicados en el tórax, y es normal confundir el origen del dolor.

 

 

El dolor torácico pleurítico ocurre cuando el revestimiento de los pulmones, conocido como pleura, se inflama. Cuando esto sucede, puede que al respirar, toser o incluso movernos sintamos molestias pectorales.

A veces es una simple molestia, otras se siente un dolor punzante o hasta ardores. Si bien no estamos hablando de un ataque cardíaco, nos está alertando de problemas graves.

Problemas pulmonares

Si tenés alguna afección en tus pulmones, incluyendo las infecciones y la neumonía, puede que experimentes molestias en el pecho. Puede que alguna infección te provoque mucha tos y por ende dolor pectoral.

Lo mismo ocurre con los fumadores. Por eso es importante que prestes atención a este dolor. Puede estar advirtiéndote de un posible trastorno pulmonar, como una neumonía.

De creer que este es el caso, no se aconseja que dejes pasar más de dos días para ir al médico. Tratar los problemas pulmonares con tiempo puede ahorrarte afecciones crónicas y graves.

Embolia pulmonar

Unido a esto último, tenemos otro causante de dolor en el pecho: la embolia pulmonar. Se trata de un bloqueo en un vaso sanguíneo que se dirige a los pulmones.

Esto suele ocurrir cuando se desprende un coágulo de sangre de otra parte del cuerpo y se aloja allí. Las embolias pulmonares pueden provocar, antes o al mismo tiempo, falta de aliento. 

Lactancia

En bastantes pacientes el período de lactancia produce diversos dolores, incluyendo en el pecho. Generalmente sucede alrededor de los senos.

Por supuesto, esto es por cuestiones naturales que pueden ser resultado del agrandamiento de los mismos, por ejemplo. Todo el cuerpo se encuentra en un proceso de adaptación y cambio.

Los senos y los pezones también suelen doler en las primeras semanas de lactancia. Es normal, y puede que después de unas horas desaparezca. Incluso que vuelva a aparecer. 

Ahora bien, si el dolor persiste por días, no dudes en consultar al médico. No hay que normalizar de más los dolores de pecho.

Mastitis

Siguiendo con las pacientes lactantes, otra afección que puede mostrarse mediante el dolor de pecho es la mastitis. Es, específicamente, una infección en el tejido mamario.

Es más común en el proceso de lactancia, pero bien puede aparecer en cualquier momento de la vida. Algunas veces simplemente se pasa sola, pero no hay que subestimarla.

Es posible que, con una infección considerable, el dolor sea más agudo. En esos casos es probable que se necesite un tratamiento con antibióticos o hasta la hospitalización.

Costocondritis

Anteriormente mencionamos la contractura muscular como causante de dolor. Pero puede ser algo similar, como la costocondritis. 

La costocondritis es una inflamación del tejido cartilaginoso que conecta las costillas con el esternón. Esto bien puede ser causado por algo simple y diario, como en los casos de contractura muscular.

El dolor se siente en el esternón, bastante superficial. Generalmente conlleva una sensibilidad al tacto o la presión sobre el área.  Una sensación de presión torácica también sería normal.

Ahora bien, no descartes el síntoma. Si te parece algo anormal, como antes mencionamos, nunca está de más recurrir a un profesional. Es muy simple así descartar afecciones cardíacas o lesiones graves.

Generalmente esta afección no dura más que diez días en condiciones comunes. Incluso seguramente puedas tratarla con simple analgésicos de venta libre.

 

Pancreatitis

Llegamos a otro de los casos en los que el dolor de pecho no es menos importante sólo por no ser un infarto. Otra de las causas de este dolor puede provenir de una pancreatitis aguda.

Esta afección se explica por la inflamación repentina del páncreas, un órgano digestivo vital. Dicha inflamación suele suceder debido a la existencia de cálculos biliares, como también por fallas digestivas.

La pancreatitis es una afección grave y de alto riesgo. Uno de los síntomas puede ser un agudo dolor de pecho o abdominal.

 

Los cálculos biliares son piezas duras, generalmente de colesterol, que irritan el páncreas y generan su inflamación. Al estar detrás del estómago, su inflamación puede ejercer presión y resultar en dolor pectoral.

Además, el dolor abdominal, cuando es muy intenso, puede repercutir también en el pecho. Y el dolor por inflamación del páncreas es uno de los más intensos que se pueden tener.

De ser el caso, el paciente tiene que ser hospitalizado inmediatamente y probablemente permanezca en el hospital durante días. Esta situación requiere asistencia médica especializada, ya que hay riesgo de muerte.

Pericarditis

Por último, te vamos a contar sobre la pericarditis. Se trata de la inflamación de las capas de tejido del pericardio, que rodean al corazón.

Es lógico entrar en pánico al sentir dolor en el pecho. Mucho peor si el médico te dice que es algo cerca del corazón. Pero la verdad es que no merece la pena, ya que la pericarditis seguro se retirará en unos días.

En una mayoría considerable de los casos, el motivo de la inflamación es una infección viral. Aunque también existen casos de infecciones bacterianas o fúngicas, pero en casos muy extraños.

Esta afección es prácticamente inofensiva y puede curarse con analgésicos y reposo. Pero eso no quita que el dolor que sientas afecte realmente tus días.

Generalmente se siente un dolor agudo y punzante, localizado hacia el lado izquierdo del pecho. Como en otros casos, puede desplazarse hacia cuello y hombro.

Es común que en un cuadro de pericarditis sientas más dolor al acostarte, toser y tragar. Por eso quienes sufren la afección sienten alivio al sentarse o inclinarse hacia adelante, descomprimiendo el pecho.

Conclusión

Estar atentos a los cambios y dolores en el pecho y todo el cuerpo, es un hábito que debemos tener. Como sabemos, ganar tiempo en cualquier afección de salud es crucial.

Tu pecho te puede estar avisando de algún problema en él u otras partes de tu cuerpo. Algunas de ellas pueden ser cuestiones simples y leves, otras son bastante graves.

Es importante no entrar en pánico, recordá que no todo dolor en el pecho es un infarto. Pero recordá que cada uno de los tipos de dolores que vimos tiene una causa y es una alarma.

Como todos sabemos, más allá de controlar la situación o no, lo recomendable es consultar a un médico especialista. Es prácticamente imposible diagnosticar las causas del dolor de pecho sólo por los síntomas.

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